“Si llegamos cinco minutos antes a Misa, no es momento de charlas, sino de silencio”, pide Francisco

papa Francisco recibe de regalo un coche Lamborghini que subastará para repartir los beneficios

En la audiencia general de hoy miércoles 15 de noviembre en el Vaticano, el Papa ha impartido la segunda catequesis del nuevo ciclo sobre la Misa, en este caso bajo el título ‘La Misa es oración’.

Lo primero que ha querido explicar, además de que la Misa es la forma más elevada de oración, es qué significa rezar. “¿Qué es la oración? –ha preguntado–. Es sobre todo diálogo, relación personal con Dios”. Tras este punto, ha recalcado la importancia que tiene el silencio dentro de la oración “como en cualquier diálogo de verdad, rezar también es saber estar en silencio, en silencio con Jesús. Y cuando llegamos cinco minutos antes a Misa, a veces nos ponemos a charlar con el de al lado, pero no es momento de charlas, es un momento de silencio para prepararse al diálogo”. En este sentido, ha recordado su reflexión de la semana pasada, en la que dijo que la Misa no es un espectáculo, sino que es un encuentro con Dios.



El Pontífice ha aconsejado, además del silencio en la oración, llamar Padre a Dios: “Cuando Jesús enseña a los discípulos a rezar lo primero que les dice es que llamen Padre al Señor, si no somos capaces de llamarle Padre, no somos capaces de rezar (…) esto es lo primero que hay que hacer, ser humildes, reconocernos hijos, fiarnos de Él. Para entrar en el Reino de los Cielos debemos ser como niños, en el sentido de que se fían de que alguien los cuida. Este es el primer paso, tener fe y confianza.

No rezar como papagayos

El segundo consejo del Obispo de Roma para la oración ha sido dejarse sorprender. “Debemos dejarnos sorprender como hacen también los niños, que preguntan todo para descubrir el mundo y se maravillan con las cosas que no conocen.” Entonces el Papa ha preguntado a los asistentes “Al rezar ¿nos dejamos maravillar por el Señor o repetimos oraciones como papagayos? Tenemos que fiarnos y abrir el corazón para dejarnos sorprender por Dios, que es el Dios de las sorpresas. Esto es porque el encuentro con Él es siempre un encuentro vivo, no de museo. Vamos a Misa a un encuentro vivo con Dios.”

La Eucaristía es un regalo

Bergoglio ha recordado el momento en el que Nicodemo va a visitar a Jesús, quien le dice que debe “renacer de lo alto. ¿Y esto que significa? –ha preguntado–, ¿se puede renacer? Debemos tener este deseo de renacer, de volver a empezar, de renacer para encontrar al Señor. (…) Muchas veces perdemos este deseo porque estamos ocupados con muchas actividades y proyectos, y descuidamos aquello que es fundamental: nuestra vida espiritual, nuestro encuentro con Dios en la oración.”

“En realidad, el Señor nos ama con nuestras debilidades, Él es la víctima por la expiación de todos los pecados, los de todos nosotros, y nos da este regalo cada día en la Eucaristía, que es como una boda en la que el Esposo se encuentra con nuestra fragilidad, para devolvernos a la primera llamada, que es estar hechos a imagen y semejanza de Dios. Este es el ambiente de la Eucaristía, esto es la oración”..

El regalo del Lamborghini

Antes de dirigirse a la Plaza de San Pedro para mantener la audiencia general, el papa Francisco ha sido obsequiado con un coche Lamborghini Huracan, una edición especial del coche deportivo que la casa automovilística italiana le ha regalado.

El coche será subastado próximamente y los beneficios serán repartidos a diferentes obras benéficas.

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