Entrevistas

“Primero siempre estuvo el Corazón de Jesús, después ella”

  • En pocos días, Madre Catalina de María Rodríguez será beatificada en Córdoba.
  • Para Silvia Samoré, Hermana Esclava del Corazón de Jesús, Catalina “no compitió con el varón, buscó su complemento”.





Principios del siglo XIX. En ese tiempo vivió Catalina, en Córdoba y en Paraná. Su familia tuvo gran protagonismo político, social y religioso, pero perdió a sus padres siendo pequeña, entonces ella y sus tres hermanas fueron criadas por sus tías, recibiendo la educación rudimentaria de la mujer de la época: leer y escribir las primeras letras y las destrezas culinarias para ser una ama de casa.
A los 17 años hace sus primeros Ejercicios Espirituales y allí descubre su vocación de consagrar su vida a Dios. No puede realizarla porque en Argentina y sus alrededores solo había conventos de clausura. A los 29 años se casó con el coronel Zavalía, viudo con dos hijos. Al tiempo queda embarazada, pero la niña muere al nacer. Al enviudar a los 42 años, empieza a vibrar en su corazón una inquietud que cultivó de joven cuando hace la experiencia de los ejercicios espirituales ignacianos. Es así que Catalina decide formar una comunidad de señoras al servicio de las mujeres más vulnerables para catequizarlas, enseñarles a trabajar y vivir con ellas, “como los jesuitas, pero en femenino”. Luego de no pocos vaivenes, el 29 de septiembre de 1872 nacen las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, primera congregación de vida apostólica de la Argentina.
Para conocer más a Madre Catalina de María Rodríguez, que el próximo 25 de noviembre será beatificada en la ciudad de Córdoba, Vida Nueva conversó con Silvia Samoré, religiosa de las Esclavas del Corazón de Jesús y autora de La historia de una buena mujer (Claretianas).

Silvia Samoré, ecj

PREGUNTA.- ¿Qué elementos rescata hoy de Madre Catalina, que vivió la maternidad y la consagración en medio de una sociedad gobernada por varones?
RESPUESTA.- Fue una mujer que no hizo cosa de hombres, sino lo que le correspondía a la mujer y no lo podía hacer por ser tal. No compitió con el varón, buscó su complemento. Por ejemplo, el hecho de ser como los jesuitas, pero en femenino, o trabajar a la par del Cura Brochero. Creo que esto habla mucho de esa actitud. Como mujer le aportó al varón protección, sensibilidad, fortaleza y no se fijó quien la gobernaba; ella caminó tras de sus sueños y por ellos rompió paradigmas. Lejos estuvo actuar movida por rebeldía; se dejó llevar por la pasión por el Corazón de Jesús y por la pasión por la humanidad.

P.- ¿Cuáles son los elementos que vale la pena destacar de Madre Catalina para acercarla a la gente que aún no la conoce?
R.- El haber asumido su vocación como hija de Dios que la llevó a ser hermana de los demás; el sentirse misericordeada por Dios y no quedarse en ella misma, sino entregar ese amor al prójimo más herido, menos visibilizado, menos contenido. Fue creativa a la hora de buscar caminos para entregar el amor del corazón de Jesús y consideró a la educación como una herramienta para formar corazones a imagen del Corazón de Jesús. Siempre buscó ser segunda, no quiso títulos ni reconocimientos; primero siempre estuvo el Corazón de Jesús, después ella, lo que hoy sería el kerigma antepuesto al carisma.

Catalina y la misión compartida

P.- ¿Por qué hoy Madre Catalina camina hacia los altares? ¿Que dejó en la tierra?
R.- Ya en su vida se la consideraba una buena mujer. Un abogado de Buenos Aires alguna vez escribió: “es una mujer santa, yo me la traería a vivir aquí, se va a ir al cielo con zapatos y todo”. Dejó el testimonio de que es posible soñar en grande y volar alto si estamos anclados en el amor de Dios, que los obstáculos no son excusas sino desafíos para experimentar la providencia de Dios. Dejó un nuevo estilo de devoción al Sagrado Corazón que nos invita a amar y reparar, ser como la sangre, llegar primeros donde hay una herida. Madre Catalina nos dejó el trabajo en misión compartida con laicos y sacerdotes, estilo enunciado por la Iglesia recién en el Vaticano II. También nos dejó una familia religiosa, la primera de vida apostólica de Argentina: las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, hoy son una gran familia extendida en Argentina, Chile, España y Benín.

 

Crece la devoción por Madre Catalina | La Gaceta

P.- ¿Qué hace hoy desde el cielo?
R.- Desde el cielo hace muchas “travesuras”: tiende puentes, como lo hizo aquí, se hace sentir con su estilo maternal, regala niños a matrimonios que no pueden tenerlos, anima, cura heridas, no muestra que es posible ser bueno, es posible ser santos.

 

P.- ¿Qué le dice Madre Catalina a la vida consagrada?
R.- Nos dice que hay que salir de sí mismos, que hay que volar e ir detrás de la misericordia de Dios aunque, como ella decía “sea necesario ir al fin del mundo”. Que hay que bajar barreras de competencias, de clericalismos, que debemos ser testigos de la confianza en Dios y de la confianza que Dios nos tiene a nosotros, ser más que hacer, difundir a Jesús y después nuestros propios carismas. Que la mayor riqueza es unirnos para trabajar juntos por el Reino de Dios.

P.- ¿Qué le dice Madre Catalina a la sociedad?
R.- Que hay que tender puentes, que debemos confiar y dar segundas oportunidades, que hay que gustar del amor de Dios, que los Ejercicios Espirituales de san Ignacio son un excelente modo para encontrarnos con Dios y alimentar nuestra vocación desde el lugar en donde estemos, que no le tengamos miedo al amor de Dios.

P.- ¿Qué le dice Madre Catalina a usted?
R.- Es una pregunta que siempre me hago, y como vivo en su casa voy a su habitación y le pregunto a ella. Me dice que me entregue al Sagrado Corazón y a los demás sin elegir demasiado, que no tenga miedo, que confíe en el Sagrado Corazón, aquel que le dio un por qué y un por quién a ella, que confíe en la Virgen María, en mis hermanas, en los laicos y que, cuando me sienta sin fuerzas, vaya al Sagrario y después coma y duerma bien. ¡Así de prácticos eran sus consejos!

P.- ¿Cómo vienen los preparativos para la celebración de beatificación?
R.- Vamos caminando hacia la Pascua de Catalina, por tanto, hay que pasar por algunos días de semana santa. Ya está todo definido, los aprontes finales son los que nos hacen estar más pendientes. La serie web es un lindo material para difundirla, las redes, la web y la gran sinergia que se genera entre los que la conocen y el imán que tiene Catalina con los que se asoman a su vida. Es necesaria mucha oración y se la pedimos a todos. Los invitamos a entrar en www.madrecatalinademaria.com para vivir de cerca su espíritu y su carisma.

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