“El cristianismo fue tan variado y conflictual en sus inicios como lo es actualmente”. Este fue el punto de partida de la ponencia del decano de la Facultad de Teología de Vitoria, el escritor y periodista José Antonio Badiola, que vertebra la XIII Jornada del Grup Sant Jordi que se celebra hoy en Barcelona.
Aunque en un primer momento estaba previsto que fuera el obispo emérito de Bilbao, Juan María Uriarte, quien acompañara a este foro, Badiola tomó el relevo para abordar el tema de “La comunión eclesial”.
“Jesús no fundó comunidad alguna como tal pero gestó un movimiento de discípulos itinerantes cuya forma de vida no estaba institucionalizada”, recordó, para apuntar que ese punto de partida es el que aglutinó las bases de esos primeros grupos: el llamamiento personal, el acrisolamiento comunitario y la misión evangelizadora.
“No hay misión sin comunión de llamados”, aseveró.A partir de ahí, Badiola repasó algunos rasgos de estas primeras comunidades, como dejar a la familia carnal, la renuncia de la propia defensa “ni siquiera un bastón”, subrayó- o la “crítica atroz de las riquezas y de la propiedad”. “La pobreza no como destino fatal sino como un ideal voluntario detrás del cual brillaba un elemento espiritual del hombre: la confianza en la providencia de Dios”, apuntó el teólogo vasco.
“El grupo al que Jesús convoca es una comunidad con nombres, con rostro humano, difícil de conseguir en una parroquia de 25.000 habitantes”, alertó Badiola que preguntó a los asistentes: “¿Qué hacemos hoy los unos por los otros?”.
“Si nos polarizamos en un proyecto determinado y perdemos la capacidad de sintonizar con otros, estamos perdiendo el sentido de la comunidad, necesitamos fortalecer la colaboración”, advirtió, a la vez que denunció la existencias en la actualidad de estructuras “demasiados jerarquizadas o cerradas”.
“Cuando vamos a misa, pero después ni nos saludamos y hablamos, yendo cada uno a lo nuestro, poco tenemos que ver con esas comunidades paulinas que eran inclusivas y transversales”, matizó.
Además puso en valor la perseverancia de los apóstoles en la fe y en la comunión del corazón. “No podemos vivir en una Iglesia ajena a los conflictos, pero sí podemos vivirlo de otra manera y dar respuestas diferentes a las que da la sociedad”, concluyó.
La segunda ponencia de la jornada corrió a cargo de Salvador Cardús, profesor de Sociología de la Religión de la Universidad de Barcelona, que se preguntó si la comunidad está en crisis. Cardús valoró cómo “toda comunidad necesita una identidad” y apreció las redes sociales como un nuevo instrumento útil para promover la actividad comunitaria.