”La Iglesia está llamada a ser mediadora”. Esta máxima que ha guiado al cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella ante la crisis catalana, es la que ayer reiteró el obispo auxiliar, Sergi Gordo, durante la apertura de la XIII Jornada del Grup Sant Jordi convocados bajo el lema “La comunidad”.
Gordo, amparándose en las recientes notas elaboradas por la Conferencia Tarraconense y al Papa Francisco, apuntó cómo las comunidad creyente está llamada a no fomentar “la confrontación”. “Tenemos que decir no a la violencia y decir sí a la paz ”, manifestó, consciente de que “llegan días complejos”.
Unidad de acción
“Desde la comunión evitemos las heridas, curemos las heridas”, apuntó para invitar a todas las realidades, movimientos e instituciones eclesiales a “trabajar para coordinarnos más allá de la atomización, tener unidad de acción”.
“Como Iglesia catalana, necesitamos vuestra aportación transversal”, animó al Grup Sant Jordi, tomando como referencia precisamente al fundador de esta entidad, el que fuera también obispo auxiliar de Barcelona, Joan Carrera, “un pastor de aquellos que sabía cual era la centralidad de su vida: la eucaristía y volcarse con todo aquel que se cruzaba en su camino”.
En paz y por la paz
En la apertura de la jornada le acompañó, el director general de Asuntos Religiosos de la Generalidad, Enric Vendrell Aubach, que se limitó a repasar los acontecimientos sociales y políticos de los últimos meses con una defensa del “legítimo Gobierno de Cataluña” de Carles Puigdemont.
Por su parte, Enric Puig, asesor religioso del Grupo Sant Jordi, dio la bienvenida como anfitrión a Gordo y Vendrell, acogió a los participantes del foro, haciendo un llamamiento al “diálogo en paz y por la paz ” siguiendo la llamada del Papa Francisco a favorecer la cultura del encuentro.