España

Cáritas Cartagena: “Dad de comer al hambriento…” en las pateras





Fin de semana complicado el vivido en las costas de Cartagena. De viernes a domingo, llegaron 45 pateras con 534 personas. Hombres, mujeres embarazadas, adolescentes, niños… Labor impecable la de los servicios de emergencia e impagable la entrega del equipo de Cáritas.

Hasta una veintena de voluntarios ha participado en el dispositivo para llevar alimentos a los dos espacios donde fueron acogidos los migrantes: la Hospitalidad de Santa Teresa y un pabellón.

La previsión, la buena voluntad y el trabajo mano a mano con la Alcaldía hicieron el resto. Leche, magdalenas, bocadillos de caballa, pizzas… “Ha sido un fin de semana muy intenso, pero lo hemos hecho con mucho cariño. Fue emocionante que el día que el Papa nos invitaba a estar cercanos a los pobres nosotros estuviéramos en ese momento trabajando tan de lleno, la verdad es que nos ha llenado muchísimo. Los voluntarios están contentísimos del trabajo realizado” señala Petri García, la consejera seglar de Cáritas en Cartagena.

Los propagandistas, con “la reforma de mentalidades y estructuras” del Papa

La apuesta de la Asociación Católica de Propagandistas y de la Fundación San Pablo CEU por hacer visible la Doctrina Social de la Iglesia a través de su congreso anual Católicos y Vida Pública no se quedó simplemente en un extenso listado y discurrir de ponentes.

Son muchas las voces presentes que dieron muestra de cómo los cristianos “se mojan” por los últimos. Desde el prefecto en Battambang, Kike Figaredo, al trabajo contra la trata de las adoratrices en el testimonio de Ana Almarza, sin olvidar la labor que el Ejército realiza en el Mediterráneo para rescatar a los migrantes… Uno tras otro desfilaron por el congreso poniendo rostro a esta entregan sin límite.

Los propagandistas no se han quedado simplemente en esta sucesión de relatos. Como señaló el obispo jesuita llegado de Camboya en la sesión de clausura, “no podemos volver de un congreso como este, como si no pasara nada”. De ahí, el manifiesto final en el que los miembros de esta entidad laical con una defensa cerrada de “la reforma de mentalidades y de estructuras” que supuso el Concilio Vaticano II y a las que “el Papa continúa invitándonos”.

Un compromiso que desde el CEU buscan hacerlo realidad participando “activamente en la vida pública a través de la política -una de las más altas formas de caridad-, desde los valores cristianos de la verdad, la justicia, la libertad y la dignidad irrenunciable de la persona”. Desde ahí, asumen la invitación de la Iglesia “a no encerrarnos en nosotros mismos” frente a una “multitud hambrienta”, que en su caso se traduce en salir al rescate de la familia, de los derechos de la mujer, de los emigrantes… En definitiva, de los descartados.

Una paz sin armas en Corea y Japón

Se trata de una reunión que celebran anualmente los Episcopados de Japón y Corea del Sur. Sin embargo, en su 23ª edición adquiere especial relevancia, sobre todo ante la creciente oleada de tensión generada por los ensayos nucleares de Corea del Norte y la respuesta de Estados Unidos a estas provocaciones.

Frente a esta situación, las Conferencias Episcopales japonesa y surcoreana han firmado un documento conjunto en el que señalan “Dios nos exhorta a erradicar en todos la convicción equivocada de que la paz puede garantizarse con armas nucleares o con la militarización. Estos métodos, por el contrario, solo aumentan el riesgo de guerra”.

Haciendo suyo el llamamiento de Juan XXIII en Pacem in Terris sobre la necesidad de una “confianza mutura”, apuntan cómo “los líderes de las naciones deben hacer todo lo posible por dialogar en pro de la paz: ¡tienen una gran responsabilidad en la paz mundial!”. Un grito que espera respuesta…

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