Víctor Manuel Fernández: “Seguir a este Papa no es fácil”

  • De visita en Madrid, el rector de la Universidad Católica de Argentina defiende las reformas de Francisco
  • “El mismo pueblo de Dios no va a aceptar que un obispo quiere que todos le besen un anillo de diamantes”
  • “Las críticas no le hacen perder el sueño al Papa, tiene una libertad enorme y relativiza lo que dicen”, asevera el teólogo de referencia de Bergoglio

Víctor Manuel Fernández, durante la conferencia impartida en Madrid/VN

El arzobispo argentino Víctor Manuel Fernández realizó ayer domingo 19 de noviembre una visita exprés a Madrid con motivo de la presentación de ‘Palabra y Vida 2018 (Publicaciones Claretianas), el Evangelio de cada día comentado por él. De regreso de la Plenaria del Ponticio Consejo Para la Cultura, Tucho -como familiarmente se le conoce- el domingo por la tarde llenó el auditorio de la parroquia San Juan de la Cruz en una conferencia en la que abordó la necesidad de hacer una lectura renovada de los pasajes bíblicos.

El rector de la Universidad Católica de Argentina estuvo acompañado por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, el delegado madrileño de catequesis, Manuel María Bru, así como del director de Publicaciones Claretianas, Fernando Prado. 

Víctor Manuel Fernández, durante la conferencia impartida en Madrid/VN

Víctor Manuel Fernández, durante la conferencia impartida en Madrid/VN

En un encuentro posterior con periodistas, el arzobispo reflexionó sobre la I Jornada Mundial de los Pobres celebrada ayer y aconsejó elaborar “una mística de la jornada” con el fin de que “no se pierda entre otras muchas jornadas que tenemos en el calendario”. Así, “creado ese espíritu, tendremos que usar la creatividad para realizar acciones que conviertan este evento en algo muy efectivo”.

Sin embargo, descartó una encíclica sobre la pobreza –“todo está recogido en el capítulo IV de Evangelii gaudium”– y no teme que esta jornada no se convierta en una moda que solo tenga empuje durante este Pontificado. “A mí me da la impresión que no”, aseguró, convencido de que “al menos en Argentina y otros lugares, he notado que algunas de las insistencias del papa Francisco están asumidos como parte de la vida de la Iglesia, aunque haya grupos y personas que lo critiquen o que no lo acepten tanto”.

El fin de la Iglesia señorial

En este sentido, el arzobispo puso como ejemplo “la insistencia del Papa en evitar una Iglesia demasiado señorial, con demasiadas seguridades económicas, va a ser muy difícil volver a eso. El mismo pueblo de Dios no va a aceptar que un obispo quiera que todos le besen un anillo de diamantes”.

“Para Francisco lo importante no es controlar espacios sino iniciar y despertar procesos que, después de nuestra muerte, van a seguir dando vueltas, como un río que corre, que produce efectos nuevos”, señaló, aclarando que “el Papa está convencido de que no se trata de lograr en este Pontificado instalar cosas con una fuerza enorme, sino comenzar esos procesos que van a ir fructificando”.

“El Papa es un hombre de palabra simple, lenguaje llano y de gestos más que de elucubraciones, pero hay gente que se engaña: no es que no tenga un pensamiento hondo. Lo tiene y sus alumnos confirman la erudición de sus clases. A él no le gusta mostrarlo porque cree que la realidad es superior a la idea”, desarrolló Tucho Fernández sobre el proceder de Jorge Mario Bergoglio.

Deshacer estructuras y comodidades

“Desde que lo conozco, a veces no he comprendido sus decisiones, pero con el paso del tiempo sí comprendí la respuesta que daba. Va siempre unos años por delante de los demás”, admitió el filósofo y teólogo argentino. “Seguir a este Papa no es fácil”, admitió a la vez que reconoció que “a veces no es fácil deshacer las estructuras, comodidades e ideas arraigadas y asumir sus propuestas”.

Preguntado por la oposición latente al Pontificado, explicó que “existen varios tipos de resistencias, desde las doctrinales -internas de la Iglesia- a las sociales -lideradas por el pensamiento neoliberal-“. “Las críticas no le hacen perder el sueño, tiene una libertad enorme y relativiza lo que dicen”, aseveró el pensador que relató que “no le hacen mella estos ataques aunque le tachen de hereje o de cismático, porque tiene una gran confianza en Dios, y siente que está respondiendo a una llamada de Dios”.

Precisamente esa libertad es la que, según defiende el compatriota del Papa, le ha llevado a no viajar todavía a Argentina: “No se deja presionar. Espera que en el país no haya un ambiente polemizado”. Sobre la crisis catalana, dijo contemplar este asunto “con dolor”: “Para nosotros, desde fuera, los catalanes son españoles aunque tengan una hermosa lengua y unas características propias. Puedo comprender las razones de los catalanes y no me quiero meter en política, solo expreso cómo se ve desde lejos”.

Excusas frente a Dios

Previo a este encuentro de periodistas, durante su conferencia repasó las distintas tentaciones a la hora de hacer una lectura espiritual de la Palabra. “A veces utilizamos excusas para no escuchar a Dios, en otras ocasiones ponemos en su mano decisiones nuestras precipitadas cuando si alguien tiene una paciencia infinita es Él, o sentir que uno es un ser elegido especial, algo que suele tener lugar entre los consagrados”.

“O tenemos claro que siempre nos vamos a tener que entregar a seres imperfectos, o estaremos atrapados por el idealismo”, advirtió sobre la tentación del obliguismo, a la vez que alertó de quehoy abundan los mensajes que el budismo o el hinduismo dan una sabiduría práctica y de vida y que sin embargo la Biblia no responde a una realidad concreta. Esto es falso, la Biblia nos da la propuesta de vida a nivel práctico y a nivel místico”.

De la misma manera, el arzobispo se detuvo en distintos pasajes bíblicos para mostrar cómo Dios se manifiesta en el día a día: “La Biblia tiene un secreto para vivir bien. Si la meditamos y encarnamos vamos a vivir mejor”.

“La verdadera renovación de la Iglesia viene de volver a las fuentes, al Evangelio. Al Papa Francisco le gusta rescatar la frescura de los textos evangélicos, sin glosas. Si la Iglesia vuelve a ese centro, se rejuvenece, vuelve a ser atractiva y evangelizadora, si no nos perderemos en una maraña de doctrinas”, concluyó su intervención.

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