El Papa ha continuado esta semana, durante la audiencia general de hoy miércoles 22 de noviembre, con su ciclo de catequesis sobre la misa. Concretamente, la pregunta que ha hecho el Pontífice al empezar ha sido “¿Qué es esencialmente la misa? Es el memorial del Misterio Pascual de Cristo, con el que nos hace partícipes de su victoria sobre la muerte“. Y ha querido detenerse un minuto en el significado bíblico de la palabra “memorial”.
“En la Biblia –ha recordado citando el Catecismo–, memorial no es solamente recordar algo que pasó, sino en cierto modo hacerlo presente y revivirlo, como hacen los judíos con la Pascua. (…) Jesús, con su Muerte y Resurrección, ha llevado a cumplimiento la Pascua, y la misa no es recordar esto, es hacerlo presente aquí y ahora”.
“Cada celebración de la Eucaristía es un rayo de ese sol sin ocaso que es Jesús resucitado. Participar en la misa, particularmente los domingos, significa entrar en la victoria del Resucitado, ser iluminado por su luz. (…) Cada vez que vamos a misa estamos con Él, de hecho, como decía san Pablo, vivimos en Él y Él en nosotros“, ha explicado Francisco
Jesús nos devuelve la vida
Acercándose al final, el Papa ha recordado que el pecado hace que “nuestra vida pierda belleza, pierda significado”, pero que mediante su sacrificio, Cristo “nos devuelve la vida, vence a la muerte y la transforma en supremo Acto de Amor. ¡Murió por amor! y en la Eucaristía nos quiere comunicar este amor supremo, victorioso”.
“Si el Amor de Cristo está en mí, puedo darme plenamente a los demás –ha continuado– con la certeza de que aunque el otro me quiera herir no moriré, y eso es lo que mueve a los mártires. (…) Solo si entendemos este poder de Jesús perderemos verdaderamente el miedo y seremos libres. Esto es la misa: acompañar a Jesús al Calvario. Si al asistir a la misa nos diéramos cuenta de esto y de que allí está Jesús… ¿Nos permitiríamos hacer fotos o charlar? ¡No! ¡Porque está Jesús! Estaríamos en silencio con el llanto y la alegría de ser salvados. Por eso hay que entenderlo bien: entrar en misa es entrar al Calvario donde Jesús muere por mí. Es el triunfo de Jesús”, ha concluido Francisco.