La Santa Sede ha detallado el programa del próximo viaje apostólico del Papa a Myanmar y Bangladesh, mediante una comparecencia en rueda de prensa de su portavoz Greg Burke, hoy miércoles 22 de noviembre. Será la 21ª visita fuera de Italia, una cifra considerable teniendo en cuenta que aún no hemos alcanzado el quinto año del pontificado.
El viaje tiene lugar entre el 26 de noviembre y el 2 de diciembre “por motivos climatológicos”, según ha explicado Burke, ya que esta época no es temporada de lluvias y el calor no es excesivo. También ha apuntado que es la primera vez que un Papa viaja a Myanmar, antigua Birmania.
Como dice el propio Francisco en el videomensaje publicado esta semana, se trata de un viaje apostólico cuyo objetivo es “portar un mensaje de reconciliación, perdón y paz”. Burke ha añadido que el otro gran objetivo del viaje es apoyar a las pequeñas comunidades católicas de ambos países.
Conviene recordar que Myanmar, con una población de 58 millones de personas, es budista en un 90% y su comunidad cristiana representa menos de un 4%; mientras que en Bangladesh, con 160 millones de habitantes, el 98% son musulmanes y tan solo hay 375.000 católicos.
En Myanmar, el Papa se alojará en la residencia del arzobispo salesiano Charles Maung Bo en Rangún, donde tendrán lugar varios encuentros. Los más relevantes serán el martes, con el presidente Htin Kyaw y con la premio Nobel Aung San Suu Kyi, consejera de Estado y ministra de Asuntos Exteriores. Por sugerencia del propio arzobispo Bo, el Papa ha accedido a reunirse también con el jefe del Ejército, con quien mantendrá una conversación privada.
Cabe destacar también el encuentro con el Consejo Supremo de la Sangha de los monjes budistas, que se celebrará el miércoles en el Kaba Aye Centre, llamada ‘Pagoda de la Paz Mundial’.
En Bangladesh se repetirán los encuentros protocolarios con las autoridades civiles, pero se ha subrayado la importancia de la jornada del viernes 1 de diciembre, cuando el Papa hablará a los obispos de Bangladesh, así como el posterior Encuentro interreligioso y ecuménico por la paz que tendrá lugar en el jardín del Arzobispado de Dacca y en el que no habrá oración conjunta, sino solamente testimonios. Es importante subrayar esta reunión porque, según ha indicado la Santa Sede, habrá una representación de la minoría rohingyá, pero no se han dado más detalles.
Los actos comunes a ambos países, aparte las misas multitudinarias, resultan clave para comprender el espíritu general que inspira el viaje. Francisco se reunirá, como es costumbre, con los jesuitas de ambos países, pero lo último que hará en cada uno de ellos antes de coger el avión será reunirse con los jóvenes. Esto no es una casualidad: según ha explicado Burke, es la forma del Papa de insistir en que los jóvenes son una parte esencial de la Iglesia.
Además, el Papa ordenará a 18 sacerdotes en Bangladesh, algo que refuerza esta idea de renovación y juventud, especialmente teniendo en cuenta que actualmente la comunidad católica del país solamente cuenta con 400 curas.
Tras la sugerencia del arzobispo Bo de no utilizar la palabra rohingyá, varios periodistas han preguntado al portavoz de la Santa Sede si se utilizará o no esta palabra, o si el Papa entrará en la polémica “eligiendo bando”.
Burke no se ha pronunciado al respecto, ya que no hay una postura oficial sobre este tema, por lo que no sabremos si el Papa dirá “rohingya” hasta que escuchemos sus discursos, que por cierto serán 11 (5 en Myanmar y 6 en Bangladesh) y todos en lengua italiana, si bien aún no hay seguridad respecto a la retransmisión en directo de los eventos, aparte de las misas públicas.