A lo largo del día de hoy jueves 23 de noviembre se han sucedido las intervenciones en el encuentro internacional de sindicatos que ha convocado el Papa y que fue inaugurado esta mañana por el cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Desarrollo humano Integral, que organiza estas jornadas.
Entre otros ponentes, hemos podido escuchar a Carlos Accaputo, presidente de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires y conocido del papa Francisco desde su época de arzobispo. Accaputo ha descrito el objetivo de este encuentro de esta forma: “Construir una agenda estratégica que nos permita ser protagonistas de un mundo mejor, donde la dignidad de todos los trabajadores sea reconocida, respetada y promovida“.
Para ello, considera que el trabajo de los sindicatos es fundamental: “El diálogo entre organizaciones sindicales resulta muy útil para encontrar el desarrollo humano integral y sostenible al que llama el papa Francisco en Laudato si”.
Sindicatos como intermediarios
También ha tenido la palabra Annamaria Furlan, de la CISL (Confederación Italiana de Sindicatos de los Trabajadores), quien ha apostado por los sindicatos como la solución “frente al creciente populismo y la ilusión antidemocrática que procuran la ‘desintermediación’ para excluir a los agentes sociales”.
En este sentido, considera que los sindicatos podrían asumir ese papel de intermediador entre ciudadanía y gobierno.
En su intervención ha recalcado la idea que ya habían mencionado esta mañana Turkson y Guy Ryder, presidente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de que “tanto la Iglesia como los sindicatos y gobiernos afrontamos un gran desafío, el de representar a los hombres y mujeres en un mundo cambiante, donde los instrumentos tradicionales que hemos usado difícilmente corresponden a las exigencias de los cambios”.
Finalmente, y tras recordar los millones de personas que trabajan en condiciones de esclavitud, ha subrayado la importancia de los sindicatos “como elemento de cohesión en una sociedad cada vez más dividida”.
El hombre se adecua a la máquina y no al revés
Rudy de Leeuw, presidente de la Confederación Europea de Sindicatos, ha presentado como dos prioridades urgentes “las luchas por el domingo como día sagrado y el derecho a la huelga en un mundo en el que ocho personas tienen la riqueza de la mitad del planeta y la precariedad crece, en parte por culpa de la tecnología que está en todas las facetas de nuestras vidas y familias”.
En la línea de los demás ponentes pero de forma más directa, se ha quejado de que hoy en día en el mundo laboral “es el hombre quien adecua su horario y su vida a las necesidades de las máquinas, y no al revés como debería ser”.
Por último, ha pedido de nuevo a los sindicatos presentes luchar por el derecho a la huelga, que considera “un instrumento infravalorado y que permite un verdadero diálogo”.
Susanna Camusso, secretaria general de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el sindicato más grande e importante de Italia, también ha asegurado que la tecnología daña en cierto modo los puestos de trabajo, pero ha acotado este daño “a las mujeres e inmigrantes, porque siguen siendo los sectores que más difícil tienen acceder a un trabajo. Esto significa que son los primeros en perderlo”.
Sin embargo, Camusso no ha dejado ahí su intervención, sino que ha propuesto una solución a este problema: “Necesitamos inclusión a todos los niveles, y esta inclusión empieza en la educación y la formación, para evitar que el auge de la tecnología polarice el mundo en dos bandos:poderosos y pobres”.