El Episcopado de EE.UU. se suma a la lucha por un internet abierto y justo

  •  El obispo Coyne recuerda a la Comisión Federal de Telecomunicaciones que la “neutralidad de la red” es fundamental para el adecuado funcionamiento de las comunidades de fe

El Episcopado de EE.UU. se suma a la lucha por un internet abierto y justo

Ya no son sólo las compañías que ofrecen productos y servicios en línea las que exigen a la Comisión Federal de Telecomunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos que den marcha atrás al proyecto que busca eliminar las regulaciones que impiden a los proveedores de banda ancha interferir en el acceso a internet. Ahora también son los obispos norteamericanos quienes, a través del obispo Christopher Coyne, presidente del Comité de Comunicaciones del Episcopado, exhortan al gobierno federal a mantener un internet abierto y justo.

Durante el mandato del presidente Barack Obama, bajo el concepto de “neutralidad de la red” se garantizó el acceso igualitario a internet, por considerarlo un servicio básico. De esta manera, se prohíbe a los proveedores de banda ancha bloquear o alentar el tráfico en sus redes locales, dependiendo de los usuarios o tipo de servicio que reciben.

Sin embargo, bajo el argumento de que las protecciones actuales son excesivas, frenan la innovación tecnológica y deprimen la inversión, el presidente de la FCC, Ajit Pai, ha determinado acabar con la “neutralidad de la red”, propuesta que deberá aprobarse el próximo 14 de diciembre durante la reunión del organismo.

Protección fundamental

Ante esta inminente acción por parte del gobierno de Donald Trump, el obispo Coyne, ha pedido este martes frenar la propuesta de la FCC y mantener las protecciones al internet abierto y justo, pues esto traería graves consecuencias para las comunidades de fe.

El obispo Coyne, a través de un comunicado publicado en la página de la USCCB, consideró que las fuertes protecciones de neutralidad de red son fundamentales para que la comunidad de fe funcione adecuadamente, y son esenciales para proteger y mejorar la capacidad de las comunidades que aún no utilizan tecnología avanzada.

“Estas protecciones –dijo– también son necesarias para cualquier organización que busque organizarse, abogar por la justicia o ser testigo en un ambiente de medios atestados y sobre comercializados”.

El también obispo de Burlington aseguró que las fuertes protecciones de internet también son vitales para permitir que las arquidiócesis, diócesis, parroquias, escuelas y otras instituciones de la Iglesia se comuniquen entre sí y con sus miembros, compartan enseñanzas religiosas y espirituales, promuevan actividades en línea e involucren a las personas, especialmente a los más jóvenes.

“Sin los principios abiertos de internet –concluyó– que prohíben la priorización pagada, podríamos vernos obligados a pagar tarifas para garantizar que nuestro contenido de gran ancho de banda reciba un trato justo en internet”.

Advirtió que las comunidades sin fines de lucro, tanto religiosas como laicas, no pueden pagar para competir con contenido comercial rentable”.

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