A las 15:00 hora local (10 hora española) de hoy jueves 30 de noviembre, el papa Francisco ha aterrizado en la ciudad de Dacca, iniciando en Bangladesh la segunda etapa del viaje que está realizando a Asia esta semana.
A su llegada al aeropuerto internacional de la capital, Francisco ha sido recibido con el ceremonial reservado a los huéspedes más ilustres: presencia del jefe del Estado y de numerosas autoridades, honores militares y una exhibición de danzas folclóricas.
Dos niños vestidos con trajes tradicionales le han ofrecido vistosos ramos de flores y un cuenco con tierra del país, que Bergoglio ha bendecido. Desde el mismo aeropuerto, en coche cerrado pero no blindado, ha recorrido los 35 kilómetros que separan la terminal aérea del grandioso monumento que conmemora a los Mártires de la Guerra de la Independencia de 1971, en Savar. Allí ha firmado el libro de honor y ha plantado un árbol en el Jardín de la Paz.
Acto seguido, de nuevo una treintena de kilómetros para dirigirse al Museo Memorial Bangabandhu, erigido donde el artífice de la independencia, Sheikh Mujibur Rahman, fue fusilado junto 31 miembros de su familia. El nombre de Bangabandhu significa ‘Amigo de Bengala’, y es el apodo con el que se conoce al Padre de la nación, Rahman.
Las mejores imágenes de la llegada a Dacca
Tercer Papa en Dacca
Dacca se ha ganado un record muy especial: haber recibido a tres papas diferentes, siendo la capital de un país con aplastante mayoría musulmana. Pablo VI la visitó en 1970, un año antes de que Bangladesh se independizase de Pakistán; dieciséis años después, en 1986, Juan Pablo II abrió en esta capital su más largo viaje internacional. Y ahora es el turno de Francisco, que llega a una ciudad que en estas tres décadas ha conocido una transformación impresionante que sorprende a quienes la visitamos entonces.
Con más de 15 millones de habitantes, es una de las metrópolis más pobladas del planeta y su paisaje urbano, sobre todo en el centro, se caracteriza por un altísimo número de edificios en construcción. Crecen también a un ritmo desorbitado las bolsas de miseria.
La prensa y los rohingya
Si la prensa sigue siendo el termómetro de la opinión pública, la que hemos podido ojear este miércoles 30 de noviembre refleja el moderado interés que, hasta ahora, la visita papal suscita en este país. Los cinco periódicos más populares, en lengua bengalí, recogen la noticia en primera página, pero solo uno lo relaciona con el problema de los rohingya, y es precisamente The Daily Ittefaq, considerado como portavoz oficioso del Gobierno.
Samakal, el que más espacio dedica al Pontífice, omite cualquier referencia al drama de esa etnia musulmana que ha huido de Myanmar y ha buscado refugio en el país limítrofe (han llegado más de 600.00), pero exclama en un gran titular: ‘La paloma de la paz se posa en la mano de Bangladesh’.
The New Nation, uno de los cinco diarios en inglés que se publican aquí, vaticina que “la visita papal es una gran esperanza de ayuda urgente a las víctimas rohingya”.
En una metrópolis con un tráfico tan caótico que supera al de El Cairo y una contaminación atmosférica solo comparable a la de Pekín, los signos de la presencia de Francisco son limitados: algunos centenares de banderas vaticanas y fotos del Papa junto a imágenes del presidente de la República, Abdul Hamid, y de la señora Sheikh Hasina, hija del padre de la nación Sheikh Mujibur Rahman (asesinado en 1975) y elegida un año después primera ministra, cargo que ha renovado en 2008 y 2014.
Solo algunas de las iglesias católicas que hemos podido visitar y sobre todo su magnífica catedral exhiben pancartas de bienvenida y están engalanadas para recibir al Obispo de Roma.