La madrileña es una sociedad que vive en familia. Ocho de cada diez personas lo hacen así, y todavía un porcentaje más alto, el 85,1%, asegura que su familia es muy importante en su vida. Estas son dos de las principales conclusiones del Informe Familia 2017, presentado este 30 de noviembre en Madrid, elaborado por el Instituto Universitario de Familia de la Universidad Pontificia Comillas, en colaboración con la Fundación Casa de la Familia, de la Archidiócesis de Madrid.
Sin embargo, y pese a que el 70,4% de los encuestados tiene pareja estable y el matrimonio es la forma mayoritaria de convivencia, la crisis económica o el cuidado de familiares impide que cuatro de cada diez personas pueda fundar un hogar, con lo que se certifica una constante ya adelantada por otros estudios sociológicos, que, como este, “demuestra que las dificultades económicas del hogar claramente empeoran la vida familiar”.
“Las vulnerabilidades económicas multiplican tanto las dificultades educativas como el pesimismo, y aumentan el descontento con los hijos, reducen la actividad social y hacen más desigual la toma de decisiones”, según apuntó Fernando Vidal, director del Instituto de Familia de Comillas y de este informe, titulado La modernidad de una sociedad familiar.
Los jóvenes no pueden emanciparse
Pero los efectos de los problemas económicos van más allá y son los responsables directos de que dos tercios de los jóvenes menores de 35 años tengan que seguir viviendo en el hogar paterno, a tenor de los datos extraídos de la encuesta telefónica realizada en el último año a casi 1.600 personas mayores de edad y residentes en la Comunidad de Madrid.
Otra consecuencia de esta problemática –acentuada en toda España durante la última década a causa de la profunda recesión económica– es el malestar dentro de la propia familia. Así, “en las familias con dificultades económicas para llegar a fin de mes, se quintuplica el descontento con los hijos”, según apuntó Rosalía Mota, profesora de Sociología en Comillas y coautora del informe.
En este sentido, Vidal quiso subrayar que, aunque “la familia es el mayor milagro económico de nuestro país, la crisis también ha dejado sentir su efectos en ella. Las crisis no fortalece a las familias. Las familias posibilitan sobrevivir a las crisis, pero estas las castigan, pese a lo cual las familias persisten, pero al coste de un fuerte desgaste e importante estrés económico”.
La conciliación laboral tampoco ayuda
Y si “la crisis económica es el gran factor adverso para que se creen familias, y se ceba más en las mujeres y en los hogares monoparentales”, como añadió el director del Instituto Universitario de Familia, la conciliación laboral-familiar tampoco ayuda, pues “es muy precaria para la mayoría de los encuestados”. Así, el 72,1% de quienes no están satisfechos con la cantidad de tiempo que pasan con su pareja, afirman que se debe a la jornada de trabajo.
Otro aspecto destacable de este informe es el que se refiere al “impacto dramático” que tienen las rupturas familiares en la vida de las personas. Así, casi el 70% reconoce que existen malas relaciones con sus parejas anteriores y casi la mitad de los padres separados o divorciados estiman que su expareja cohibe su relación con sus hijos.