“Uno no puede pensar en un obstáculo más serio incrustado en la ley de la Iglesia católica para lograr la protección de menores”. Se refiere al secreto de confesión. Así lo ha manifestado David Enright, abogado de un importante bufete británico que lleva la defensa de decenas de víctimas de abusos de la denominada Investigación Independiente sobre Abuso Sexual Infantil (IICSA, por sus siglas en inglés), según recoge The Guardian.
La defensa apuesta, en la apertura de la audiencia de tres semanas, por que la no información de incidentes sospechosos sea delito. De esta manera, el conjunto de letrados que representan a decenas de víctimas han pedido cambios fundamentales en la forma en que la Iglesia trata estos asuntos.
Según el abogado Richard Scorer, el hecho de no haber hecho un informe de sospecha de abusos ha permitido a los clérigos evadir la responsabilidad. “Una ley de información obligatoria habría cambiado su comportamiento”, dijo en la audiencia sobre la investigación que ahora se centra en dos abadías benedictinas y sus escuelas asociadas. Los abusos incluyen desde castigo físico a violaciones. Las instituciones católicas han expresado su pesar por estos abusos del pasado y han dicho que harán todo lo posible porque nunca se vuelva a repetir.
A un mes y medio de la visita del papa Francisco a Perú, la corrupción salpica el país. En los últimos meses se han sucedido escándalos al respecto, por lo que los obispos han pedido “defender la institucionalidad y construir puentes basados en la verdad y la justicia”.
La Conferencia Episcopal Peruana ha expresado su malestar por la situación a través de un comunicado, recogido por ACI Prensa: “Los peruanos estamos asombrados por las numerosas denuncias de corrupción. No podemos ignorar que este problema es un fenómeno antiguo, pero somos conscientes de la gravedad que está alcanzando en nuestra sociedad lo que puede detener el desarrollo y fomentar nuevas formas de criminalidad”.
En los últimos meses los expresidentes Ollanta Humala y Alejandro Toledo, y la exalcadesa de Lima, Susana Villarán, han sido acusados de recibir sobornos de parte de la constructora brasileña Odebrecht. Unos hechos que la Iglesia “ve con preocupación”, porque aunque en los últimos años la sociedad civil y el Gobierno han tomado consciencia de la necesidad de combatir la corrupción, “aún hay mucho por hacer”.
El arzobispo de Miami, Thomas G. Wenski, mantiene que las leyes deben ser modificadas para arreglar el sistema de inmigración quebrado del país, pero en el proceso, los inmigrantes no deberían ser demonizados. “Reparar la inmigración ilegal no requiere la demonización de los llamados ‘ilegales’”, dijo Wenski el pasado 28 de noviembre en una conferencia.
El prelado recordó que “Estados Unidos siempre ha sido una tierra de promesas y oportunidades para aquellos dispuestos a trabajar duro. Podemos proporcionar seguridad nacional y fronteras seguras sin hacer que Estados Unidos, una nación de inmigrantes, deje de ser una tierra de promesas y oportunidad para ellos”, según recoge CRUX.
El arzobispo también dejó claro que las leyes “están destinadas a beneficiar, no a esclavizar a la humanidad”, y las leyes en el país, con respecto a la inmigración, son demasiado “anticuadas” e “inadecuadas” para abordar el problema. Pero “algunos están demasiado decididos a llamar la atención sobre los inmigrantes con insultos, y demonizarlos”, incluso etiquetándolos como “infractores de la ley, equiparándolos con terroristas con la intención de lastimarnos”.