La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) ha organizado, este pasado fin de semana del 1 al 3 de diciembre en Roma, un Congreso Internacional bajo el título ‘Pastoral Vocacional y Vida Consagrada. Horizontes y esperanzas. El objetivo de este encuentro ha sido preparar el próximo Sínodo de 2018 que versará sobre los jóvenes, por lo que han convocado “a todos aquellos que están comprometidos en este desafío extraordinario para mirar la realidad en la búsqueda de nuevos caminos”.
Francisco quiso también participar en este congreso, a pesar de coincidir con su viaje apostólico a Myanmar y Bangladesh. Por ello redactó un mensaje para sus participantes en el que ofrece varias claves para la nueva pastoral.
Dado que el Papa quiere ser muy claro respecto al tema, y más aún teniendo en cuenta que anticipa el Sínodo de octubre del próximo año, ha dividido su mensaje en tres partes distintas: convicciones, desafíos y características.
La primera convicción del Pontífice es que “hablar de pastoral vocacional es afirmar que toda acción pastoral de la Iglesia está orientada a (…) ayudar al creyente a descubrir el camino concreto para realizar el proyecto de vida al que Dios lo llama”.
Es por ello que el Papa afirma que la pastoral vocacional es el centro de la evangelización y por ello “no puede reducirse a actividades cerradas, pues sería caer en el proselitismo”. Recomienda, pues, “colocarla en estrecha relación con la evangelización, la educación en la fe (…) y en especial con la pastoral de la familia, de tal modo que los padres asuman, con gozo y responsabilidad, su misión de ser los primeros animadores vocacionales de sus hijos”.
En segundo lugar, Francisco recuerda que la pastoral vocacional “va de la mano con la juvenil” ya que no hay terreno más fértil para las vocaciones que la juventud. Del mismo modo, considera que la pastoral juvenil “solamente es completa si está abierta a la dimensión vocacional.
Por tanto –continúa el mensaje– la dimensión vocacional de la pastoral juvenil no debe plantearse al final del proceso, sino a lo largo de todo el camino”.
La tercera y última convicción que el Papa señala en el mensaje es la oración como base de las vocaciones, algo que, como él mismo cita, queda muy claro en el Evangelio de san Mateo: “‘Rogad al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies’. Puesto que la vocación es ante todo una llamada de Dios, solo puede resonar y hacerse sentir en la oración” ha sentenciado Francisco.
A raíz de estas tres convicciones, el Obispo de Roma plantea tres desafíos. En primer lugar “la confianza”. Esta confianza que pide el Papa tiene dos caras, por un lado la confianza en el Señor: “Debemos estar seguros que él sigue suscitando en el Pueblo de Dios diversas vocaciones para el servicio del Reino”.
Por otro lado, pero no menos importante, ha pedido confianza en los jóvenes. “Los consagrados debemos permanecer despiertos para despertar a los jóvenes, estar centrados en el Señor para poder ayudar al joven a que se centre en él (…) hay muchos jóvenes que, aun perteneciendo a la generación ‘selfie’ (…) buscan pleno sentido a sus vidas, aunque cuando no siempre lo busquen en donde lo pueden encontrar”.
A raíz de este desafío surge otro, la lucidez. “Es esencial estar atentos y conocer el mundo de los jóvenes –continúa Francisco – de modo que podamos encontrar el mejor modo de anunciarles la buena Nueva y el evangelio de la vocación”.
El último desafío que propone es “la convicción de que el seguimiento de Cristo, también en la vida consagrada, merece la pena”. Para el Papa esta es la única manera de que la pastoral vocacional sea efectiva, ya que “e joven, como todos nuestros contemporáneos, ya no cree tanto a los maestros, sino que quiere ver testigos de Cristo”.
Finalmente, el Papa propone siete características para la Pastoral Vocacional:
El mensaje del Papa concluye con dos sentencias concretas sobre la pastoral juvenil, “Que no hay respuestas mágicas” y que “se nos exige una conversión pastoral para poder conectar con los jóvenes”.