Auténtico magisterio. Esa es la autoridad que el papa Francisco le ha otorgado a la interpretación de septiembre de 2016 de los obispos argentinos sobe la exhortación apostólica sobre la familia –‘Amoris laetitia’–. Así se recoge en cuatro líneas en latín firmadas por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin en la ‘Actae Apostolicae Sedis’, el libro de actas que recoge todas las comunicaciones del Pontífice.
En las actas de octubre de 2016 aparecen estas palabras de Parolin, aunque fechadas el pasado 5 de junio de 2017, como revela La Croix. Bergoglio da el carácter de “auténtico magisterio” al intercambio de cartas con los obispos de la provincia eclesiástica de Buenos Aires, en las que se daba la bienvenida a la comunión, en algunos casos, a personas divorciadas vueltas a casar.
Las actas vaticanas recogen también ambas misivas. Así, el Papa hace suyos los diez puntos que los prelados aconsejaban seguir para ayudar a los sacerdotes en su tarea pastoral. De esta manera se contesta a los críticos que aluden a que la exhortación no es magisterio porque emerge de un sínodo.
¿Reconciliación entre las Iglesias de Moscú y Kiev?
El Sínodo extraordinario por el 100ª aniversario de la restauración del Patriarcado de Moscú, que concluyó el pasado 2 de diciembre, ha pedido un regreso a la comunión con el Patriarcado de Kiev. Además de discutir la cuestión del reconocimiento de los restos de los mártires imperiales y la evaluación de una serie de asuntos de disciplina de la vida eclesiástica, el Sínodo hizo un llamamiento a las jurisdicciones ortodoxas separadas de Ucrania a restaurar la “comunión eucarística”.
Esta propuesta ha sido recibida de buen grado por el patriarca Filaret de Kiev, jefe de la Iglesia separada de Moscú desde principios de los 90. La buena relación entre Filaret y el patriarca Kirill de Moscú podría poner fin al eterno conflicto con Rusia. En la carta al Sínodo, Filaret pidió “poner fin a los conflictos y cancelar la sentencia de excomunión contra los fieles que se someten al ‘patriarcado no canónico’” y pidió “perdón por todo lo que he pecado de palabra, obra y con todos mis sentidos”.
Después de años de expresiones de odio y secuestro de iglesias, ahora parece que el conflicto, acuciado por la invasión de Crimea, puede tener fin. Sin embargo, las autoridades ucranianas ya se han mostrado contrarias a este acercamiento, como recoge Asia News.
Un “injusto veredicto” sobre la guerra de Bosnia
El presidente de la Conferencia Episcopal Croata, Zelimir Puljic, condenó el “injusto veredicto” en el juicio de Naciones Unidas sobre los crímenes de guerra, después de que el jefe militar croata de Bosnia, Slobodan Praljak, se suicidara públicamente bebiendo potasio el pasado 29 de noviembre cuando se rechazó su apelación. “Tenemos que vivir bien entre nosotros y cooperar, pero no podemos construir un futuro cuando se mencionan mentiras sobre nuestra historia”, explicó.
Como recoge National Catholic Reporter, Puljic cree que el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia no había “tomado en cuenta los hechos históricos” y no “contribuiría a la reconciliación”. Del mismo modo, aunque lamentaba la acción de Praljak, sostiene que su afirmación de estar entregando su vida por la verdad tiene “connotaciones positivas”.
Un total de 90 funcionarios políticos y militares, dos tercios de ellos serbios, han sido condenados y sentenciados por el tribunal por crímenes de guerra durante el conflicto de Bosnia entre 1992 y 1995, en el que murieron 100.000 personas y 2,2 millones fueron desplazados.