Este domingo 10 de diciembre concluyó en San Lorenzo del Escorial (Madrid) el congreso ‘Parroquia Salesiana. Siglo XXI’, que ha reunido a párrocos y agentes de pastoral de las parroquias confiadas a los salesianos de toda España. Durante tres días ha tratado de “impulsar un nuevo modelo de parroquia salesiana, que pueda responder a los interrogantes e inquietudes de la sociedad actual, en especial de los jóvenes del nuevo milenio”, según los organizadores.
Uno de los ponentes en este congreso, el teólogo y profesor del Instituto Superior de Pastoral de la Universidad Pontificia de Salamanca en Madrid Jesús Rojano, director de la revista ‘Misión joven’, ha hablado con Vida Nueva sobre los retos que ‘Evangelii gaudium’ lanza a las parroquias.
Escuchando a los jóvenes
PREGUNTA.- ¿Cuáles son los problemas que viven actualmente las parroquias?
RESPUESTA.- El papa Francisco señala algunos problemas nuevos desde la situación que viven las parroquias. El Papa señala que “una cultura inédita late y se elabora en la ciudad… Requiere imaginar espacios de oración y de comunión con características novedosas, más atractivas y significativas para los habitantes urbanos” (EG 73). La cultura es la posmoderna y líquida, que tiene como rasgos el individualismo y fragmentación, dispersión personal, nueva cultura digital y cambio antropológico, el nomadeo existencial que señala Michel Maffesoli, una mezcla de creencias y cosmovisiones.
Además de estos rasgos, hay también una serie de dificultades: el nihilismo, superficialidad, relativismo, individualismo hedonista, crisis de pertenencia a las instituciones, rebaja del compromiso social, la acentuación de la secularización… Pero, también hay unas posibilidades como son el relieve de las dimensiones estética, simbólica, el lenguaje metafórico, narrativo… Estos lenguajes enlazan mejor con la cultura actual, incluso con los textos bíblicos.
P.- ¿Cómo es la parroquia en “salida” que anuncia el Evangelio, que pide el papa Francisco?
R.- En el vídeo del Papa de septiembre, Bergoglio señala que “las parroquias tienen que estar en contacto con los hogares, con la vida de la gente, con la vida del pueblo. Tienen que ser casas donde la puerta esté siempre abierta para salir hacia los demás”. Y recuerda que no deben ser “oficinas funcionales, sino que, animadas por un espíritu misionero, sean lugares de transmisión de la fe y testimonio de la caridad”. Es necesaria una renovación de las parroquias para que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión (EG 28).
P.- ¿Cómo tiene que ser la parroquia del siglo XXI?
R.- Una parroquia “en salida”, en “conversión misionera”, con el centro en el Evangelio de Jesús, que se acerca a las casas y familias del barrio. También una iglesia, como parroquia salesiana pero que es válido para todas, que acoge y escucha los jóvenes, se preocupa por su educación en la fe y atiende a los jóvenes excluidos o “descartados” de nuestra sociedad. También, una casa misericordiosa que acoge e integra a las personas y es “comunidad de comunidades” y que “reparte juego” en la acción pastoral a ministros ordenados, laicos y laicas, en comunión, “sinodalmente”, es decir, caminando y actuando juntos.