Aplausos, abrazos a los técnicos, brindis con cava aragonés y la satisfacción de decenas de vecinos de Sijena que aguardaban su devolución no se han disimulado esta tarde al recibir el camión de una empresa de mudanzas que ha trasladado las piezas reclamadas por el gobierno aragonés.
La nota menos optimista la puesto el dato de que se haya extraviado una de las piezas. Según el director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín, una pieza “no ha podido ser localizada” y el personal del Museo Diocesano de Lleida no sabía tampoco su paradero. Se trata, en concreto de un lienzo del siglo XVIII. Para la consejera autonómica de Cultura Mayte Martín la de hoy es “una jornada histórica” para la comunidad autónoma.
Esta celebración fue compartida por los obispos de Aragón que, a través de un comunicado conjunto, calificaban la jornada como “un día de gozo, de alegría, porque se ha hecho justicia”.
El recibimiento en Sijena contrasta con la situación vivida en la mañana de hoy lunes 11 de diciembre ha sido intensa en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), situado en Lleida. Desde esta madrugada se ha puesto en marcha el operativo que, por orden el Juzgado de Instrucción número 1 de Huesca, ha ordenado la devolución de 44 obras de arte originarias del Real Monasterio de Santa María de la localidad oscense de Villanueva de Sijena, actualmente convertido en museo por el Gobierno de Aragón.
Desde la media noche, se han comenzado a embalar los bienes para que el transporte se produzca en las mejores condiciones para las piezas. El propio presidente aragonés, Javier Lambán, en un tuit, a las 3 h. de la madrugaba confirmaba que la operación se encontraba en marcha.
Este paso, busca poner fin a la disputa que se ha dado entre los gobiernos aragonés y catalán. Esta orden judicial, en concreto se remonta a hace dos años, cuando una jueza de Huesca resolvió a favor de las pretensiones aragonesas y ordenó la devolución. Ni el gobierno de Puigdemont, ni sus consejeros de cultura Santi Vila y Lluis Puig, acataron dicha resolución a la vez que presentaron diferentes recursos judiciales.
Con las competencias intervenidas en virtud de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, y a pesar de que el último recurso de la Generalitat está sin resolverse, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha dado luz verde a esta devolución.
Aunque se haya despejado el camino judicial, centenares de manifestantes se han concentrado esta mañana –a pesar de la lluvia– frente al museo ilerdense para intentar dificultar el traslado a Aragón. Por ello, los Mossos d’Esquadra han tenido que intervenir colocando vallas, utilizando las porras y pidiendo refuerzos al grupo de antidisturbios.
Ante esta actuación de las fuerzas del orden, se han repetido gritos entre los manifestantes de “no hace falta pegar” o “España nos trata como a perros”, que se sumaron al lema “España nos roba”. La convocatoria de esta concentración fue difundida por algunas de las organizaciones que propiciaron el 1 de Octubre.
El ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, ha señalado esta mañana que el traslado se está haciendo “correctamente”, cumpliendo la ley y “con profesionalidad”, bajo la supervisión de la Consejería de Cultura aragonesa –cuyos técnicos han entrado al Museo acompañados por la Guardia Civil–, que ha contado con la empresa que participó en la entrega de algunos bienes culturales de Sijena procedentes del Museo Nacional de Arte de Cataluña.
El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha escrito en Twitter que, “aprovechando un golpe de Estado”, se está realizando un “expolio” en el Museo de Lleida. El socialista Miquel Iceta ha señalado que la actuación judicial es un “error” porque no hay una sentencia “definitiva” sobre esta devolución, ya que aún están “pendientes de resolución” los cuatro recursos presentados por la Generalitat, el Ayuntamiento de Lleida, el consorcio del Museo y la Diputación de Lleida.
El monasterio de Santa María tiene una historia marcada por el esplendor de sus tesoros culturales. Fundado para las religiosas de las familias nobles catalanas y aragonesas, hasta el siglo XIX su riqueza artística no dejó de aumentar. Fue entonces cuando las religiosas, tras la desamortización, se vieron obligadas a comenzar a vender algunas piezas a compradores nacionales e internacionales, yendo muchas de ellas a parar a museos catalanas.
El problema con las ventas surge a partir de 1923, cuando el monasterio es declarado Monumento Nacional y, por lo tanto, su patrimonio queda protegido. A esto se suma el drama de que, a consecuencia de la Guerra Civil, el convento fue totalmente incendiado, desapareciendo para siempre, entre otras, las impresionantes pinturas de la sala capitular –como ha desarrollado la historiadora aragonesa Marisancho Menjón Ruiz en su libro ‘Salvamento y expolio. Las pinturas murales del Monasterio de Sijena en el siglo XX’–.
Lo poco que fue salvado de su patrimonio artístico fue enviado a Lleida. Durante la guerra, una unidad de recuperación de patrimonio de la Generalitat de Cataluña pagó 4.000 pesetas para retirar y restaurar los restos calcinados de la famosa sala capitular.
Acabada la guerra, las autoridades de Huesca comenzaron a exigir la devolución. Las religiosas sanjuanistas volvieron al monasterio en 1939. Lo dejaron en 1969 mientras se hacían unas obras de rehabilitación. Ya no volvieron más. El obispo Ramón Malla envió entonces dos camiones desde Lérida para retirar las piezas que quedaban. Las que quedaban fueron retiradas por técnicos del museo catalán en 1973.
Estas piezas inicialmente fueron acogidas en depósito, hasta que se vendieron en dos lotes. En 1983, por diez millones de pesetas, la última abadesa de la Orden de San Juan con permiso eclesiástico vendió a la Generalitat un primer lote. En 1992, se vendieron una veintena de obras por 25 millones de pesetas. Entre 1992 y 1994, por algo menos de 15 millones, se traspasaron algunas piezas más.
El 26 de julio de 2016, tras veinte años de discusiones debido a que no se siguieron los procedimientos propios de los declarados “Monumentos Nacionales” –que obliga a que las administraciones puedan ejercer su “derecho de tanteo”–, volvieron a Aragón 51 de las 97 piezas reclamadas por esta comunidad. Se descubrió también que dos piezas de seda habían sido extraviadas y un portapaz fue robado en 1991 del Museo de Lleida, quedando pendientes las 44 obras en liza.
A comienzo de este año, el Gobierno de Aragón abrió un museo con las piezas recuperadas y acondicionó la sala capitular para exponer las pinturas que actualmente están en Barcelona.
Otras piezas, vendidas a particulares, han sido recuperadas por la Policía.