En su primer mensaje al pueblo de Dios que peregrina en la capital del país, el arzobispo electo de México, cardenal Carlos Aguiar Retes, afirmó que urge una renovación eclesial para pasar de una feligresía que busca los servicios de sus pastores, a una comunidad de discípulos misioneros, “donde todos busquemos en comunión anunciar y transmitir la Buena Nueva del Reino de Dios”. Además consideró necesaria una “Nueva Evangelización en su ardor, en su método y en sus expresiones”.
En conferencia de prensa desde la Curia de la Arquidiócesis de Tlalnepantla de Corpus Christi, el cardenal Aguiar Retes se dirigió este lunes a los obispos auxiliares, presbíteros, religiosos, religiosas, consagrados y a los fieles laicos de la arquidiócesis capitalina para compartirles su disposición de servirles.
Recordó que desde que Dios lo llamó primero como Obispo de Texcoco, luego como Arzobispo de Tlalnepantla y ahora como Arzobispo Primado de México, ejerce su ministerio episcopal consciente del Cambio de Época y de sus consecuencias.
Explicó: “El Cambio de Época consiste fundamentalmente en la fractura del consenso de valores que sostiene la cultura, entendida como el estilo de vida de una sociedad. En efecto, hoy no solamente vivimos un disenso de valores, sino incluso una confrontación de los valores, lo cual cambia radicalmente la conducta social y la pone en constante crisis”.
Señaló que, en línea con las indicaciones pastorales y el testimonio del papa Francisco, resulta indispensable una renovación pastoral, y para ello, –dijo– el Santo Padre indica “que debemos experimentar la misericordia y transmitirla a los demás, haciéndola el punto de partida de la Nueva Evangelización. Así lograremos el ardor y la pasión para dar a conocer a Cristo, Camino, Verdad y Vida”.
Aseguró que hoy más que nunca es indispensable formar a los cristianos en el discernimiento personal y eclesial para descubrir la voluntad de Dios a la luz de su Palabra y en la interpretación de los acontecimientos.
Una Iglesia en salida
El Arzobispo electo de México también consideró necesario trabajar en una Iglesia misionera, una Iglesia en salida, que no sólo atienda a los fieles que asisten a los templos, sino que salga al encuentro de todos en los distintos ámbitos de la sociedad, “una Iglesia que sea testimonio de la Misericordia de Dios Padre”.
Llamó a la Arquidiócesis de México a no quedar en una pastoral de simple mantenimiento de las tradiciones religiosas y devociones culturales; y aseguró que las estructuras pastorales deben cubrir el servicio a las personas en las distintas etapas de la vida, logrando nuevas expresiones de la vivencia de la fe.
Al referirse a otras religiones y grupos no creyentes o distantes de su vida de fe, pidió cultivar una actitud abierta al diálogo participativo y propositivo, mirando el bien de la sociedad.
“La Iglesia necesita de todos los bautizados, obispos, sacerdotes, religiosos, agentes de pastoral y laicos comprometidos para renovarla y hacerla capaz de transmitir la fe a las nuevas generaciones con respuestas nuevas para situaciones nuevas, con la confianza en la novedad del Evangelio y en la conducción del Espíritu Santo”, dijo.
Finalmente, se encomendó a la Virgen de Guadalupe: “que ella nos ayude a discernir la voluntad de Dios para la Iglesia Arquidiocesana de México, y seamos una Iglesia Sinodal en donde Pastores y Pueblo de Dios seamos uno –como lo expresa mi lema episcopal– ‘Que todos sean uno’“.