El intento de reforma previsional mostró una imagen lamentable de la dirigencia argentina. Oficialismo y oposición en una puja con tristísimos antecedentes.
Una grave situación política-institucional está atravesando la sociedad argentina. El gobierno empecinado con una reforma previsional, que le recortaría aumentos a los jubilados, intenta realizar esta modificación, a través del Congreso. La oposición, que dando quórum sabe que el oficialismo avanzará hacia esta reforma, ha intentado suspender la sesión, cumpliendo su objetivo.
El bochornoso clima dentro del recinto se dio entre gritos, chicaneos e improperios. Lamentablemente también se dio un fuerte cruce entre uno de los líderes de la oposición, Leopoldo Moreau y el Presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, en el que hubo insultos y manoteos.
Mientras tanto, militantes del kirchnerismo y de la izquierda, se lanzaron a violentar las calles creando un caos en el centro porteño. A su vez, las fuerzas de seguridad, armaron un fuerte operativo para responder a los manifestantes. Treinta detenidos, muchísimos heridos de los dos “bandos”, en un escenario que no cambia: piedras, autos quemados, camiones hidrantes, gases lacrimógenos y balas de goma.
La Iglesia, preocupada por esta tensión social, llamó -una vez más- al diálogo y a la pacificación entre los hermanos:
El diálogo es el único camino En estos días las familias argentinas han sido conmovidas por una creciente violencia política, que no solo se ha registrado en las calles, sino que ha llegado incluso al interior del Congreso impidiendo su normal funcionamiento.
Como pastores deseamos hacer un nuevo llamado al diálogo. Para responder a las muchas urgencias y angustias de nuestros hermanos más frágiles, especialmente los jubilados, y para construir una sociedad justa y equitativa, no existen dos caminos, el diálogo o la violencia, solamente hay uno, el diálogo. Parece necesario repetirlo: únicamente a través del respeto por las instituciones democráticas, que garantizan un diálogo al servicio del bien común, será posible superar las dificultades que agobian a nuestro pueblo.
Exhortamos a todos a multiplicar los esfuerzos necesarios para poder celebrar estas próximas fiestas de Navidad en paz, e invocamos la protección de María Santísima, Nuestra Señora de Luján, sobre cada uno de los argentinos.
Comisión Ejecutiva
Conferencia Episcopal Argentina
Viernes, 15 de diciembre de 2017