Nuevamente hubo dos escenarios para reflexión.
Dentro del recinto continuaron los vehementes intercambios entre los diputados de distintos bloques. Se acusaron por historiales y por ideales, por desórdenes e incoherencias.
El kirchnerismo pidió nueve veces que se suspendiera la sesión. Fue acompañado en el reclamo por los integrantes de partidos de izquierda. Puestas a votación estas mociones, siempre resultó negativa. Finalmente, después de casi cinco horas de cuestiones de privilegios, (planteos que realizan los parlamentarios cuando se afectan sus derechos, seguridad, procedimientos, etc,) se entró en el debate previsto.
En la calle, se vivía la violencia descontrolada. Una multitud se acercó al Congreso desde las primeras horas de la mañana. Pero pasado el mediodía, un grupo muy grande de violentos comenzó a tirar sobre la policía, una lluvia de piedras, bombas molotov, botellas, trozos de baldosas. El gobierno había decidido encarar este nuevo acto, no ya con la gendarmería tan cuestionada por su accionar en los últimos tiempos, sino con el apoyo de la policía de la Ciudad de Buenos Aires. Antes de los hechos, esta fuerza de seguridad había recibido un polémico fallo de la Juez Patricia López Vergara, quien prohibía el uso de armas de fuego. Fueron casi tres horas de descontrol, hasta que llegó la orden de avanzar sobre la gente.
Las consecuencias fueron las de siempre: más de un centenar de policías y manifestantes heridos -algunos en grave estado-, y casi sesenta detenidos, fue el corolario de esta triste jornada para los ciudadanos argentinos.
Una vez más el episcopado quiso dar su palabra
El comunicado “La construcción de consenso es el único camino” de la Comisión Ejecutiva, fue dado a conocer un día antes de su visita al Presidente de la República, Ingeniero Mauricio Macri:
“No tenemos palabras para expresar el dolor y la tristeza que nos conmueven esta tarde después de lo vivido en ocasión del comienzo del tratamiento de la reforma previsional.
Ninguna forma de violencia puede aceptarse. Como pastores de este pueblo, una vez más pedimos el diálogo y la consiguiente construcción de amplios consensos como el único camino para la convivencia en la amistad social así como para la aprobación de leyes importantes que afectan al conjunto de la población, especialmente a los más pobres y frágiles.
En estos momentos los argentinos esperamos gestos de grandeza y pacificación de parte de los hombres y mujeres públicos.
Pedimos a nuestra Madre de Luján que cercano el nacimiento de Jesús en la Navidad, nos ayude a reencontrarnos en las diferencias, a vernos y a tratarnos como hermanos”.
Comisión Ejecutiva – Conferencia Episcopal Argentina
Buenos Aires, 18 de diciembre de 2017”
Mensaje a los periodistas
Entre las víctimas hubo muchos periodistas. No solamente recibieron los impactos propios de la calle sino la agresión misma de manifestantes y escraches. Algunos han sido apresados también, aún cuando hacían uso de su ejercicio periodístico.
El flamante presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social, Gabriel Barba, Obispo de Gregorio de Laferrere, envió un comunicado, solidarizándose con los perjudicados.
“Junto a ustedes, trabajadores periodistas”
Queridos hermanos:
Como sociedad cerramos un día de triste memoria para nuestro país. Hemos podido ver y seguir -en directo- una violencia que sin duda, la mayoría no queremos ni aprobamos.
Hemos podido ser testigos de esto porque muchos de ustedes, fieles a su vocación y trabajo “han puesto su propio cuerpo”, han estado en el “frente de batalla”.
Les escribo para solidarizarme, apoyarlos y animarlos a que no se dejen vencer por la desazón ni por el dolor del alma (más fuerte que el físico…) que esta barbarie les debe causar.
No están solos, muchos estamos a su lado. Rezamos por la paz de nuestro pueblo y por la conversión de la violencia, al respeto y la justicia.
Buenos Aires, 18 de diciembre de 2017