La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) ha reiterado su preocupación frente al “debilitamiento de la institucionalidad de los poderes del Estado y la corrupción”, particularmente “en esta hora crucial que vive nuestra patria, en la que está en juego la vigencia del orden democrático y del Estado de derecho”.
Así lo ha manifestado la presidencia del máximo organismo eclesial, a través de un comunicado publicado ayer, 18 de diciembre, tras la agudización de la crisis política que atraviesa el país, derivada de los cuestionamientos por corrupción que enfrenta el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, por presuntos vínculos contractuales con la empresa brasileña Odebrecht, ante lo cual el Congreso aprobó el viernes pasado (15 de diciembre) la votación final del pedido de vacancia presidencial por “permanente incapacidad moral”, prevista para este jueves (21 de diciembre). [En la imagen que abre este artículo, el presidente Kuczynski durante un mensaje a la nación el jueves 14]
Escenario complejo y doloroso
No solo esto, “el escenario de esta última semana se ha vuelto aún más complejo y doloroso”, asevera la CEP, refiriéndose al “cuestionamiento a la Fiscalía de la Nación, al Tribunal Constitucional y a la misma Presidencia de la República”.
De acuerdo con los obispos, “la raíz de esta crisis, se encuentra en la corrupción”, y “entre las deformaciones del sistema democrático, la corrupción política es una de las más graves”, afirman, “porque traiciona al mismo tiempo los principios de la moral y las normas de la justicia social”.
Respeto del marco constitucional
“Recordamos a las autoridades del país su deber de salvaguardar la institucionalidad democrática, respetando el marco constitucional, legal y procedimental que nos rige a todos”, pide la CEP, señalando que es necesario “detener todo indicio de abuso de poder, y respetar la autonomía y equilibrio de los poderes del Estado”.
Expresamente, los obispos hacen un llamado a los políticos y al Congreso de la República “a reencontrar el camino del diálogo y la prudencia” que conlleva, como ha dicho el papa Francisco, a “un encuentro con una actitud receptora que acoja sugerencias y comparta inquietudes, que sea un intercambio recíproco de confianza”.
El bien común como prioridad
“¡Cuando se trata del bien del Perú, no han de regir intereses particulares sino el bien común de la Patria!”, concluyen los obispos, confiando que la visita del Papa, el próximo mes de enero, ayude “a superar esta profunda crisis actual, con respeto, dignidad y ‘Unidos por la esperanza’”, como reza el lema de su viaje apostólico.
