Después de que la Cámara de Representantes y el Senado de los Estados Unidos aprobaran la Ley de Reforma Tributaria y Empleo –la mayor reforma al código tributario estadounidense en 30 años– los obispos de ese país han pedido al presidente Donald Trump que, antes de firmar el proyecto, trabaje de la mano con el Congreso con miras a una ley de impuestos aceptable, que no afecte a los que menos tienen.
A través del obispo Frank Dewane, presidente del Comité de Justicia Nacional y Desarrollo Humano, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), aseguró que en la ley tributaria, tal como ha sido aprobada por las dos cámara del Congreso, persisten problemas inaceptables.
Si bien el obispo estadounidense reconoció que la legislación logra algunas cosas loables, como duplicar la deducción estándar –lo que ayudará a muchas familias en dificultades a evitar la responsabilidad tributaria–, la ampliación del uso de planes de educación y el aumento al crédito tributario por hijos, también contiene una serie de disposiciones problemáticas que tendrán “dramáticas consecuencias negativas”.
Los pobres, los más afectados
Dewane lamentó particularmente que la ley tributaria contemple un aumento de los impuestos a las personas con ingresos más bajos, al mismo tiempo que reducirá los impuestos para los ricos: “Esto es claramente problemático, especialmente para los pobres –dijo–. La derogación de la exención personal causará que las familias más grandes, incluidas muchas de la clase media, se encuentren en una situación económica peor”.
También advirtió que con la nueva ley se prevé un gran déficit que provocará el recorte de los programas destinados a los pobres y vulnerables: “Es probable –añadió– que la legislación produzca una caída de hasta 13 mil millones de dólares en donaciones caritativas anuales a organizaciones sin fines de lucro… Esto también disminuirá significativamente el papel de la sociedad civil en la promoción del bien común”.
Finalmente, el también obispo de Venice, Florida, explicó que lo que están pidiendo los obispos de Norteamérica al presidente Trump es que tenga en cuenta las consecuencias completas de sus disposiciones y trabaje con el Congreso para remediarlas antes de firmar un proyecto de ley de impuestos.
Mientras tanto, la reforma fiscal impulsada por el presidente Donald Trump ha sido calificada como la primera gran victoria legislativa del mandatario norteamericano, quien ha celebrado la aprobación en el Congreso con las siguientes palabras. “Les prometí a los estadounidenses un recorte de impuestos grande y hermoso para Navidad. Con la aprobación final de esta legislación, eso es exactamente lo que están obteniendo”.