El primer ministro vaticano se ha pronunciado sobre la crisis internacional abierta por Donald Trump al reconocer Jerusalén como capital del Estado de Israel. “Es una ciudad única y sagrada para judíos, cristianos y musulmanes. Debe tener un estatus especial que la convierta en una ‘ciudad abierta’, que ofrezca garantías de libertad religiosa para los miembros de las tres religiones que comparten lugares santos y permitan el acceso a los peregrinos”, ha explicado el secretario de Estado, Pietro Parolin, en una entrevista concedida a Il Corriere della Sera.
“El corazón de la propuesta, por tanto, es un estatuto garantizado internacionalmente”, subraya el número dos del Vaticano, que es consciente de que el actual clima de tensión generado por el presidente norteamericano no contribuye a tal fin: “Si es posible ahora, no sé. Por supuesto, las decisiones que se han tomado, hacen más difícil seguir este camino, pero creo que la propuesta de la Santa Sede sigue siendo válida”, apunta el máximo responsable de la diplomacia vaticana.
“Siempre lo hemos repetido, y lo repito aquí: la única solución es el diálogo directo entre las dos partes para llegar a un consenso. Este es el único camino. En mi opinión, las decisiones unilaterales no son útiles”, comenta el secretario de Estado.
Sobre la posibilidad de que la Santa Sede ejerza de mediadora en este conflicto abierto, Parolin explica que “por supuesto, a nivel diplomático, la Iglesia puede intervenir en situaciones concretas. Ya se hizo en el pasado. No sé si habrá oportunidad en este caso, depende mucho de las circunstancias, de los actores involucrados y demás elementos”.
Con este punto de partida, el premier vaticano garantiza que “la Iglesia continuará defendiendo la paz, el diálogo como camino para alcanzar esa paz, la fraternidad y la solidaridad” con el fin de hacer realidad ese hospital de campaña que pide el Papa.