Suele situarse en un segundo plano, en tanto que las miradas de atención hacia la Secretaría de Estado siempre suelen dirigirse al “primer ministro” vaticano, Pietro Parolin. Sin embargo, el arzobispo Giovanni Angelo Becciu, sustituto de asuntos generales del máximo órgano de Gobierno del Vaticano, ha dado un paso adelante concediendo una entrevista a la revista digital In Terris, en la que realiza una defensa cerrada del Pontificado de Francisco.
“El Papa Francisco forma parte de la línea de los grandes reformadores de la Iglesia”, explica el prelado que asegura que no hay una resistencia tan fuerte a los cambios que propone como la que parece vislumbrarse a través de los medios de comunicación. “El esfuerzo que el Papa hace es fruto de una reforma totalmente necesaria y todos los sabemos”, subraya el diplomático convencido de que “la Curia no es un organismo muerto y fosilizado: es una estructura vida que se adapta a los tiempos y a la Iglesia”.
Ejemplo de sacerdocio
Desde su experiencia personal, Becciu reconoce cómo la gente ve a Jorge Mario Bergoglio como una “figura especial y es correcto que así lo sea”. “Pero yo que le veo de cerca, me siento afortunado por conocer al sacerdote y para mí se ha convertido en una fuente espiritual en mi sacerdocio”, explica.
En la entrevista, el arzobispo también aborda la actual crisis en Oriente Medio ante el órdago lanzado por Donald Trump a la comunidad internacional, para reafirmar que “la preocupación por Tierra Santa y por Jerusalén es grande, muy grande. Las posiciones de la Santa Sede sobre cuestiones complejas como Jerusalén siempre están marcadas por el respeto al derecho internacional y las soluciones pacíficas y la negociación”.