“Hoy me gustaría reflexionar con vosotros sobre el significado del Nacimiento del Señor Jesús”. Así ha comenzado el papa Francisco su primera audiencia general después de Navidad, trayendo a colación un tema que debemos tener muy presente especialmente en estas fechas.
Sin Jesús es otra fiesta
En primer lugar, ha lamentado que “En nuestro tiempo somos testigos de una especie de ‘distorsión’ de la Navidad: en nombre de un falso respeto que no es cristiano, que a menudo oculta la voluntad de marginar la fe y elimina de la fiesta cualquier referencia al nacimiento de Jesús”. Frente a esto, Francisco ha vuelto a subrayar que “sin Jesús no hay Navidad, hay otra fiesta diferente, pero no Navidad”. Además, ha recordado que las fiestas, los regalos, la comida típica… son algo muy bonito pero Jesús es quien está en el centro “y si lo quitamos la luz se apaga y todo se vuelve falso”.
Como cristianos, y con la ayuda de la Iglesia, el Papa ha recordado que debemos buscar esta luz, la luz verdadera que es Cristo. En este sentido ha comparado el nacimiento de Jesús como un don de Dios “que viene a iluminar un mundo oscuro y adormecido”. Pero Francisco no ha querido que olvidemos que “la humanidad a menudo prefiere la oscuridad porque sabe que la luz revelaría todas esas acciones y pensamientos que harían que la conciencia se sonrojara o empañara”.
Ser un regalo
Siguiendo el ejemplo de Jesús, Francisco ha pedido que también nosotros seamos un regalo para los demás. “Aceptar el don de Dios que es Jesús significa ser también un regalo gratuito para los que se cruzan en nuestro camino todos los días”. Y dado que nuestra intención es regalarnos a los demás “intercambiamos regalos, como un signo, como un signo de esta actitud que Jesús nos enseña”.
El Nacimiento de Jesús “es el gesto de amor más grande que nos puede dar nuestro Padre Celestial” porque Jesús nació en la tierra pero “no vino de la Tierra, vino del Cielo, y con la Encarnación Dios nos ha abierto el camino para una nueva vida fundada en el Amor”.
Los últimos son los primeros
Como último punto de su catequesis de hoy, el Pontífice ha subrayado lo importantes que son para Dios los pobres y marginados: “Con ellos Jesús establece una amistad que continúa en el tiempo y que nutre la esperanza de un futuro mejor”. Y estos pobres están representados también en el portal de Belén a través de los pastores, en tanto que “fueron marginados, fueron mal vistos, despreciados, y la gran noticia se les apareció primero”.
Como conclusión, el Papa ha reiterado su petición de que seamos un regalo para los demás especialmente a “las personas en su vida nunca han experimentado una caricia, una atención de amor, un gesto de ternura … La Navidad nos urge a hacerlo”.
Finalmente ha saludado a los peregrinos presentes, incluyendo a enfermos y recién casados, así como al “Golden Circus di Liana Orfei”, un circo que le ha ofrecido una actuación durante la audiencia. A ellos les ha dicho “gracias por vuestro arte, es como la belleza, siempre nos acerca a Dios, con vuestro trabajo acercáis a la gente a Dios”.