“Las vírgenes consagradas somos mujeres normales en medio del mundo”

Joaquín María López de Andújar obispo de Getafe y Norka Risso virgen consagrada

“Mis chicos de confirmación me llaman medio monja”. Lo dice Norka Risso (43 años) entre risas. No le molesta, porque no todo el mundo conoce la realidad del Ordo Virginum. Eso sí, aclara que su forma de vida no es un refugio para monjas que no encontraron su sitio en una congregación. Ella es una de las 221 vírgenes consagradas distribuidas en 42 de las 70 diócesis españolas.

Pero, ¿qué es una virgen consagrada? “Somos esposas de Cristo y queremos vivir como él y es lo que hacemos: amarle, servirle y llevarle donde buenamente podemos y donde nos indica el obispo, puesto que nuestra consagración tiene un fuerte carácter de diocesaneidad”, señala.

Norka tiene claro que su consagración es “un don”, pero lo vive con normalidad, porque “somos mujeres normales en medio del mundo”, que viven con su familia, solas o en comunidad. La escucha con atención Joaquín María López de Andújar, obispo de Getafe y responsable del Ordo Virginum en España. Vida Nueva les reúne para profundizar en este tipo de consagración ante la inminente instrucción vaticana al respecto que, según adelantó esta revista, está a punto de ser publicada por la Santa Sede.



Desde que se recupera esta figura a raíz del Concilio Vaticano II, cada obispo ha tenido que seguir su criterio para acompañar a estas mujeres, puesto que no hay unas directrices comunes. A esto va a dar respuesta la instrucción, porque “es vital que haya un marco general de orientación para todas las vírgenes consagradas del mundo, y esto es en lo que ha estado trabajando la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica”, explica el prelado. (…)

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