El obispo de San Isidro y Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, expresó su deseo de felicidad para el año que se aproxima
“Siempre decimos que el tiempo pasa volando, que no nos alcanza el tiempo para nada. En realidad el tiempo desgasta, corroe, pasa rapidísimo”.
Expresó que todas las culturas celebraban el Año Nuevo, más allá de los calendarios, y que que todas las culturas y las religiones establecían ritos para hacer un paréntesis, y sugiere recomenzar con cosas nuevas, evaluar cómo se ha utilizado el tiempo y proponerse la continuidad de aquello que no hemos hecho “ya que el tiempo nuevo, siempre es una oportunidad para trabajar mejor, para ser mejores personas”.
A pocos días de haber celebrado la Navidad, indica que los cristianos miramos al Niño que ha nacido. Para nosotros Él es todo lo nuevo.
También miramos a la Santísima Virgen María que es el origen de todo. Ella nos trajo a Jesús. Es la aurora de la salvación. De allí que celebramos cada 1º de enero a Santa María, Madre de Dios.
Como todos los años, este día se celebra la Jornada Mundial de la Paz. Desde hace más de 50 años, los Pontífices nos regalan su mensaje universal para esta jornada. En esta oportunidad, el Papa Francisco propuso: “Migrantes y refugiados, hombres y mujeres que buscan la paz”.
Ojea menciona este lema e invita a pensar en “cómo estamos acogiendo al otro, hasta qué punto somos hospitalarios, ¿no habremos perdido esta virtud extraordinaria de la hospitalidad, de poder ofrecer nuestros espacios a otros?”
Se hace eco de las palabras del Papa. Acoger, al que vive en el desamparo y la pobreza. Proteger, tener la capacidad de mirar al que está desvalido. Promover, “…poner estas energías en el tiempo nuevo, en promover al hermano que está de paso y que está sufriendo exilio y desarraigo”. Y agrega, integrar: “¡Qué bueno sería proponernos un tiempo nuevo, en el que cada uno pueda tener su lugar y nosotros convertirnos en gran familia que acoge y que recibe!
Se lamenta de lo que se ha perdido culturalmente y debemos recuperar. Pero alude al tiempo nuevo para plantearnos “una oportunidad nueva para poder servir mejor a Dios y a los hermanos”.