¿Saldrán los obispos a la calle en 2018 para manifestarse contra lo que atenta con sus valores? El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, responde en una amplia entrevista a Europa Press: “Los obispos no tienen tienen que salir a todo. La Iglesia está en el entramado social, dando responsabilidad a quienes realmente son los depositarios de sus derechos: los padres y los ciudadanos católicos”. Según ha precisado, los obispos van a “defenderse como ciudadanos y como una institución con peso en la sociedad española” y “harán oír su voz, sus discrepancias y su exigencia de respeto a los derechos fundamentales”.
Si bien, ha matizado que lo que “nunca” van a hacer es “suplantar a otros colectivos”. “No es una cuestión clerical ni clericalizada sino una invitación a tomar responsabilidades por parte de los implicados, que es toda la sociedad civil, los creyentes, los padres y madres de familia, las instituciones del ámbito educativo”, ha añadido. Gil Tamayo considera que no se trata de que esté bien visto o no que los obispos salgan a manifestarse sino de que España necesita “una fuerte promoción de la sociedad civil” frente a un ámbito “a veces muy copado por los partidos políticos que dejan en la sombra a esa sociedad intermedia” que, a su juicio, debe tener “un mayor protagonismo a la hora de tomar decisiones”.
El sacerdote ha hablado también sobre la asignatura de Religión o las leyes LGTBI. Y ha denunciado que “a veces es difícil, casi heroico, formar una familia en unas condiciones que realmente puedan hacer sacar adelante un hogar, porque los sueldos son precarios, porque la estabilidad en el trabajo se torna imposible, porque hay una dependencia permanente de los propios padres”, ha señalado. Así, ha aclarado que la Iglesia “no está en las nubes y es consciente de las dificultades de los jóvenes que quieren formar un hogar”.
La Prohibida, Roma Calderón y Dnoé Lamiss aterrizan en la cabalgata de los Reyes Magos en Vallecas. En una carroza llena de color, purpurina y decorada con la bandera del arcoíris harán aparición las tres artistas, lideradas por la conocida ‘drag queen’. Una cabalgata como poco diferente la que por primera vez, con el beneplácito del Ayuntamiento de Madrid, llevará al distrito de Puente de Vallecas un vehículo de estas características el 5 de enero.
“Pensábamos hacer una cabalgata paralela pero cuando lo propusimos en la Junta municipal nos dijeron que nos uniéramos a la principal y que qué cosas necesitábamos”, explica a El Mundo –que lleva el tema en portada hoy, 2 de enero– Marimar Vázquez, de la asociación Orgullo Vallekano, impulsora de la iniciativa. Bajo el lema ‘Tod@s somos las reinas de nuestras vidas’, se convierten en una de las más de 30 carrozas que participan en el evento.
Se trata del segundo escándalo en esta cabalgata desde que Ahora Madrid gobierna en la capital. Y es que en 2016 decidieron que Melchor, Gaspar y Baltasar estaban mejor de mujer –este año repiten de mujeres–. Pese a las críticas entonces de la oposición, como el PP, quienes denunciaron el intento de “devaluar el componente religioso de estas fiestas”, Ahora Madrid sigue en sus trece.
El presidente de la Conferencia Episcopal Chilena, Santiago Silva Retamales, aborda en una amplía entrevista al diario chileno La Tercera la situación de la institución en el país ante la visita de Francisco y subraya que “el Papa es un pastor y nos visita a todos, no solo a la Iglesia. No es una inspección ni fiscalización en el terreno. Viene a hablarnos de Cristo”.
El arzobispo castrense mantiene que “los desafíos que vivimos en la Iglesia son materia cotidiana de nuestras reflexiones y análisis, no solo de los consagrados, sino también entre los laicos, que son los grandes animadores de la vida eclesial”. “Es nuestra la tarea de una mirada autocrítica y de asumir los desafíos –continúa–, corrigiendo posibles errores y aprendiendo de ellos. Desde la Santa Sede siempre hemos recibido acompañamiento, pistas, sugerencias, todo en un clima de corrección fraterna, propio del Evangelio”.
Sobre la visita del Papa en dos semanas a Chile, el prelado considera que “la mejor manera de prepararnos es disponer nuestro corazón y dejarnos interpelar. Si pensamos que el mensaje del Papa es solo para los demás y no para mí, solo para las otras instituciones y no para la mía, no creo que sea ese el mejor espíritu para acoger un acontecimiento de tanta relevancia para la vida de Chile”. Y añade: “Espero que esta visita, entre otros muchos frutos, ayude a visibilizar el inmenso bien que realizan distintas obras de la Iglesia, en silencio, acompañando a los más pequeños y vulnerables”.