Cuando ya comienza la recta final para el V Congreso Americano Misionero (CAM) que tendrá lugar en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), entre el 10 y el 14 de julio de este año 2018, la vida consagrada se dispone a participar en el Congreso Misionero de la Vida Religiosa en Bolivia que se desarrollará en Cochabamba, del 10 al 12 de enero.
El Congreso, convocado por la Conferencia Boliviana de Religiosos, la Conferencia Episcopal Boliviana y las Obras Misionales Pontificias (OMP) de este país, hace parte del proceso de preparación para el V CAM, con el deseo de animar y ayudar a redescubrir y asumir la vocación misionera de las religiosas y los religiosos bolivianos.
Vida religiosa en misión
De este modo, el horizonte inspirador de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), ‘Salgamos aprisa, al encuentro de la vida’, será el lema del congreso que, fundamentalmente, profundizará sobre la “vida religiosa en misión” a través de una metodología participativa, experiencial y reflexiva, que contempla la presentación de ponencias y la experiencia de construcción colectiva en los talleres y en los trabajos en grupo.
Las ponencias centrales asumirán “la Alegría del Evangelio”, “la misión y la profecía”, y “la reconciliación y la comunión”, mientras que los talleres contemplarán, explícitamente, diez temas relacionados con la misión en diálogo con varias realidades y sujetos emergentes: la ecología, la familia, la educación, el rol de la mujer, la catequesis, las OMP, la misión Ad Gentes, la cooperación misionera, el mundo indígena y el diálogo interreligioso, y las vocaciones y los jóvenes.
Recuperar la mística y la profecía
De acuerdo con los organizadores, se espera que, a través del congreso, la vida religiosa logre “recuperar la mística y la profecía de nuestros carismas congregacionales, como lectura propia del Evangelio y respuesta específica a los clamores de hoy y a las convicciones que tenemos”.
En general, se aspira que el congreso estimule a la vida religiosa boliviana a vivir con alegría y pasión el seguimiento de Jesús, “desde una espiritualidad trinitaria, en el corazón de una Iglesia pobre, para los pobres, con los pobres y al servicio del Reino, anunciando la Alegría del Evangelio”, como reza la convocatoria.