El último episodio de represión desatado por el régimen de Joseph Kabila en la República Democrática del Congo ha sido calificado de “barbarie” por el cardenal Lauren Monsengwo. Así ha condenado el arzobispo de Kinshasa, en una comparecencia ante los medios locales, lo ocurrido este pasado domingo 31 de diciembre en la capital congoleña, cuando el Ejército no permitió las manifestaciones pacíficas convocadas por asociaciones seglares católicas a las puertas de las iglesias tras la misa dominical.
En distintos puntos de Kinshasa, los militares emplearon indiscriminadamente gases lacrimógenos y llegaron a disparar con bala, entrando en ocasiones dentro de los templos e interrumpiendo las eucaristías. Oficialmente, según datos de la ONU, el primer balance es de al menos siete muertos, 15 heridos y un centenar de detenidos. Entre los arrestados, según el principal representante de la Iglesia congoleña, habría también sacerdotes.
Visiblemente dolido, el purpurado se ha mostrado contundente en sus críticas a la respuesta gubernamental frente a una marcha que era “pacífica y no violenta”. Por esa razón, ha proseguido, “no podemos más que denunciar, condenar y estigmatizar las acciones de los supuestos uniformados valientes que, desafortunadamente, no han hecho otra cosa que actos de salvajismo”.
La gravedad de los hechos lleva a que, de ahora en adelante, la legitimidad del poder militar y político quede en entredicho para una buena parte de la población: “¿Cómo podemos confiar en líderes incapaces de proteger a la población, de garantizar la paz, la justicia y el amor a las personas?”.
Apoyo del Vaticano y de la ONU
El arzobispo de Kinshasa ha asegurado que su denuncia cuenta con el apoyo de la Nunciatura vaticana en el país. Y es que “la promoción de la justicia social y la defensa de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos son una parte integral de la doctrina social de la Iglesia”.
Por su parte, António Guterres, secretario general de la ONU, advirtió ayer, martes 2 de enero, que el Gobierno de Kabila está obligado a “defender los derechos del pueblo congoleño a la libertad de expresión y a la reunión pacífica”.
El Acuerdo de San Silvestre, “violado”
Monsengwo ha reiterado que Kabila ha “violado voluntariamente” el Acuerdo de San Silvestre. Firmado entre el Gobierno y la oposición, gracias a la mediación eclesial, el 31 de diciembre de 2016, obligaba al presidente a convocar elecciones a lo largo de 2017 y a no presentarse a la reelección. Precisamente, la manifestación de este 31 de diciembre se celebraba en el primer aniversario del pacto y tenía como fin exigir su cumplimiento. Recalcándose que era una protesta pacífica, esta represión evidencia para la Iglesia congoleña que se está ante un régimen dictatorial.
Finalmente, el cardenal ha señalado la existencia, por parte del poder, de “intereses ocultos como, por ejemplo, el acaparamiento de recursos y riquezas”. Para mantenerlos, Kabila y su Ejecutivo no dudan en emplear “métodos anticonstitucionales”.