“Ahora es el momento de comenzar una nueva etapa de nuestra vida. Soy consciente que no vengo a comenzar nada, como tampoco nada terminará conmigo”. Con estas palabras, el nuevo obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, se presenta a la diócesis en una carta en la que subraya que “La Iglesia es del Señor, y nosotros instrumentos en sus manos”.
“He oído hablar de vuestra fe, y sé que sois, somos, una Iglesia joven y con un gran dinamismo apostólico, que se abre al futuro con esperanza. Son muchas las personas, parroquias, comunidades, asociaciones y movimientos los que hermoseáis la Iglesia de Getafe con la variedad y riqueza de vuestros carismas”, explica García Beltrán.
A renglón seguido se muestra ilusionado con su nuevo destino: “Os animo a seguir adelante, no os faltará el aliento y la compañía de vuestro obispo que con vosotros seguirá esparciendo la semilla de la fe”.
En este primer saludo al que será su nuevo hogar, el obispo ha querido tener presentes a sacerdotes, seminaristas, religiosos y laicos. A los curas, les ha recordado que “un obispo poco puede hacer si la ayuda y colaboración de su presbiterio”. En esta invitación al trabajo en equipo, les hace una propuesta para vivir “unidos en la riqueza de la fraternidad”. Además se compromete a que el seminario continúe como “centro de nuestra diócesis”. De la misma manera, aplaude la labor los consagrados: “Con vuestros carismas enriquecéis la vida de la Iglesia”.
Así, Ginés García Beltrán se dirige a los fieles y a las autoridades civiles, “de una manera especial a todos lo que pasáis por el sufrimiento, a los pobres, a los enfermos, a los que habéis vivido o estáis viviendo las consecuencias de la crisis económica, a los que habéis llegado de otros países”. Para ellos un mensaje directo: “Estáis en el corazón de vuestro nuevo obispo”.
En la misiva, el prelado electo también se muestra agradecido por el nombramiento y por los ocho años vividos en su primer destino episcopal: Guadix. Y concluye este primer saludo con una frase de una de las santas de referencia en la diócesis, la madre Maravillas, encomendándose al Sagrado Corazón de Jesús, imagen que corona el popular Cerro de los Ángeles: “Lo que Dios quiera, cuando Dios quiera, y como Dios quiera”.