A partir de este miércoles 3 de enero, la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, tiene nuevo pastor: monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, quien sucedió en el cargo al obispo Felipe Arizmendi Esquivel, luego de que a principios de noviembre pasado el Santo Padre le aceptara su renuncia.
Monseñor Rodrigo Aguilar, con experiencia pastoral en las diócesis de Matehuala (San Luis Potosí) y Tehuacán (Puebla), tomó posesión de San Cristóbal de las Casas, en una ceremonia presidida por el nuncio apostólico en México, Franco Coppola, y concelebrada por varios arzobispos y obispos del país.
En su mensaje, ante miles de fieles reunidos en la plaza central de la ciudad, frente a la iglesia Catedral, Rodrigo Aguilar llamó a actuar como verdaderos discípulos y misioneros de Jesús, con un espíritu ecuménico y promoviendo siempre el diálogo interreligioso.
El obispo de 65 años de edad, llega a una de las diócesis más antiguas e históricas del país, la cual se caracteriza por una gran diversidad indígena y religiosa. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en el 2010 el estado de Chiapas contaba con 3,406 millones de habitantes, de los cuales sólo poco más de la mitad eran católicos, mientras que el resto pertenecían al sector protestante, pentecostal, cristiano y evangélico.
Fue por ello que el nuevo obispo de San Cristóbal de las Casas hizo un llamado particular: “Que la religión no nos divida, sino que nos ayude a caminar juntos, siguiendo a Cristo, y dando testimonio de Él”.
Custodios de la creación
Rodrigo Aguilar resumió su nueva encomienda pastoral poniendo énfasis en tres puntos: el cuidado de la creación, la promoción de las personas como hijos de Dios y la buena relación con el prójimo.
Al respecto, y tras destacar la belleza natural de la entidad, pidió respetar y valorar la creación, para lo cual –dijo– es necesario convertirse y rescatar la misión del cristiano como custodio y promotor de la misma, mientras que a los fieles laicos los exhortó a saberse creados a imagen y semejanza de Dios, y a fortalecer la relación interpersonales.
Dijo: “Como obispo, quiero colaborar y promover todo lo que signifique la ecología, es decir, valorar y actuar ante la creación como un hogar que nos sirva ahora y en el futuro. Como obispo, quiero ayudar a que niños, jóvenes, adultos y ancianos se acepten a sí mismos, se valoren, se quieran a imagen y semejanza de Dios. Como obispo, quiero orar y ayudar a que en la relación con los demás superemos los rencores, la violencia y la corrupción”.
Confió en que una buena relación “con la creación, con nosotros mismos y con los demás”, llevará a la diócesis a “una relación profunda con Dios”.
Al finalizar la misa, cuya liturgia fue celebrada en diferentes lenguas indígenas, entre ellas el Tseltal y el Tzotzil, el Nuncio Apostólico felicitó, a nombre del Santo Padre, al obispo emérito Felipe Arizmendi por su servicio dedicado y generoso en esa Iglesia particular. Cabe recordar que Arizmendi desempeñó su ministerio episcopal en el estado de Chiapas por más de 26 años, primero en la diócesis de Tapachula y posteriormente en San Cristóbal de las Casas.