Antes de concluir 2017, año marcado por la crisis política-ética y la precarización de los derechos del pueblo brasileño, especialmente los de los más pobres –como ha denunciado en múltiples oportunidades la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB)–, el presidente Michel Temer sancionó la ley 13.581 –aprobada por el Congreso Nacional–, el pasado 26 de diciembre, con la cual declara a Don Helder Câmara patrono brasileño de los derechos humanos.
Sorprendido por la “ambigüedad de este decreto”, el arzobispo de Olinda y Recife, Antônio Fernando Saburido, ha levantado su voz para reclamar que “el texto de esta ley es sucinto y no explica ni motivaciones ni consecuencias”. “Sin embargo –agrega–, ningún acto de esta naturaleza es neutro o carente de repercusiones”.
En este sentido, a través de una nota aclaratoria, divulgada este 2 de enero, el arzobispo ha sentado su posición denunciando la falta de credibilidad de los políticos, pues “no priorizan la coherencia entre lo que dicen y lo que hacen”. Por eso, “es nuestra responsabilidad de ciudadanos y de cristianos dar peso a las palabras y exigir a los poderes públicos coherencia en sus posicionamientos”, asevera Saburido.
“Como arzobispo de Olinda y Recife, ministerio que fue ocupado por Don Helder Câmara, me siento, en conciencia, obligado a declarar públicamente que este decreto presidencial, para ser sincero y coherente, debe ser acompañado por otro modo de gobernar el país y de cuidar lo que es público”.
Durante más de dos décadas al frente de la arquidiócesis de Olinda y Recife, en plena dictadura militar, Helder Câmara lideró “la lucha pacífica por la justicia, la paz y los derechos humanos, tanto individuales como colectivos, de las minorías fragilizadas por la sociedad dominante”.
En defensa del legado del llamado ‘obispo de la paz’, cuya obra ha trascendido en la CNBB y en la iglesia latinoamericana, su actual sucesor lanza fuertes cuestionamientos al gobierno de Temer:
Concluye el mensaje del arzobispo con un llamado a “trabajar por los derechos humanos a partir de la defensa de los derechos de los pobres, de los trabajadores, de las minorías excluidas y de todo ser vivo”, como lo hizo Don Helder.