En la edición en papel de hoy, víspera de la Epifanía del Señor,L’Osservatore Romano, el periódico del Vaticano, felicita a Vida Nueva por su 60 cumpleaños.
Como recuerda el diario romano, Vida Nueva surgió como continuadora de la publicación ‘Pax’ en el seno de la editorial PPC, y al poco tiempo “reunió 20.000 lectores, lo que provocó que en pocos meses cambiara su periodo de publicación de quincenal a semanal”.
Esta felicitación se manifiesta en la forma de cuatro artículos a página completa, acompañados por la imagen de la portada del número conmemorativo que ha salido hoy a la calle. Los artículos en cuestión están firmados por Lucetta Scaraffia, directora del suplemento ‘Donne Chiesa Mondo’ (que publica L’Osservatore Romano y que Vida Nueva distribuye en español); Jorge Oesterheld, portavoz la Conferencia Episcopal Argentina; Giovanni Maria Vian, director del propio Osservatore; y José Beltrán, director de Vida Nueva. Todos ellos estrechos colaboradores de esta revista.
Cada uno de ellos recuerda una faceta de Vida Nueva. Lucetta Scaraffia titula ‘Sobre todo la mujer’ y repasa “la única revolución victoriosa del siglo XX, la de las mujeres” que ha llegado a tal punto “que se ha creado un mundo completamente distinto en estos 60 años”
Jorge Oesterheld recuerda un artículo de Esteban Vidal, titulado ‘Visiones del año 2000’ publicado en aquel primer año de andadura en el que reflexionaba sobre cómo sería el mundo en el siglo XXI. Pero aparte de intentos de adivinar la evolución de la tecnología, se hacía una pregunta mucho más profunda, “El hombre tendrá en sus manos elementos para conocer mejor a Cristo ¿Intentará hacerlo?”, a lo que el portavoz de la CEA responde acordándose de Zaqueo y cómo Jesús le dijo que bajara de la higuera.
Sin más interés que la verdad
Giovanni Maria Vian halaga la valentía de Vida Nueva en el momento en el que surgió, precisamente a mitad de la dictadura, ya que desde el principio “declaraba que la prensa católica debía rechazar el abrazo sofocante del control político” fuera quien fuera el que lo ostentara. Recuerda asimismo el objetivo que planteaba la publicación “estar en comunicación con el mundo que le rodea y juzgar los acontecimientos que en cada minuto se producen en el mundo. De una manera limpia, sin servir a ningún otro interés que el de la verdad” lo que Vian advierte “deben tratar de hacer también hoy los católicos”.
Por último tenemos el artículo de nuestro propio director –que pueden leer en español en su blog–, quien recuerda lo que ha cambiado el mundo, a insignes periodistas que han trabajado en esta casa, y los rompedores titulares que publicaba Vida Nueva ya desde su primera época.
Una felicitación, por tanto, de parte de un medio que ya sobrepasa los 150 años y que Vida Nueva agradece con especial cariño.
