Desde temprano por la mañana, el colegio Agustino Ciudad Salitre de Bogotá fue recibiendo a los cientos de educadores católicas de toda América Latina y del Caribe que se acercaron para retirar sus acreditaciones para participar del 25º Congreso de la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC). El entusiasmo y la pasión por educar se iba sintiendo a medida que la gente iba llegando.
Este congreso inició formalmente con la misa presidida por Oscar Urbina Ortega, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y arzobispo de Villavicencio. Luego, las palabras de apertura las tuvieron Oscar Pérez Sayago, secretario general de la CIEC, Luis Fernando Rodríguez Velásquez, presidente del departamento de Educación y Culturas de la CEC, y la hermana de la caridad Gloria Patricia Corredor, presidente de la Confederación Nacional Católica de Educación de Colombia, es decir, la anfitriona de este congreso.
Acto seguido, la Banda Sinfónica Obra Salesiana del Niño Jesús robó el aplauso efusivo de todos los presentes, luego de emocionar con sus tres piezas interpretadas.
Conferencias
La jornada continuó con tres conferencias y presentación. La primera estuvo a cargo del cardenal José Luis Lacunza Maestrojuan, obispo de David (Panamá) y presidente del Consejo de Asuntos Económicos del CELAM quien disertó sobre la innovación está en nuestra tradición señor.
“Los santos y santas aparecieron en un momento determinado. Fueron puestos por Dios para que, entre sus iguales, indicaran el camino a la eternidad. Tenían en sus corazones la persona humana. Se sentían seres humanos, miembros de una comunidad”, expresó en un primer momento. A partir del relato de la muerte del hijo único de la viuda de Naim, afirmó que “en Jesús se hace presente el Dios de la vida”.
“La diferencia entre educación evangelizadora convencional o conservadora y la educación innovadores en clave de evangelización está en el hecho de que el anuncio de Dios debe ser más explícito, más desinteresado, menos proselitista, radicalmente gratuito”, sostuvo. Y en seguida puso en el centro de su disertación a los milennials: “Frente a esta nueva generación de jóvenes, los educadores estamos llamados a desempeñar un papel fundamental en la innovación educativa, como una exigencia que nace de la nueva evangelización”, aseveró.
Volviendo a la idea del principio de su alocución, Lacunza cerró su pensamiento: “Los educadores deberán seguir las inspiraciones de los padres fundadores, pero no repitiendo sus esquemas, sino adaptando a la realidad de hoy con la misma pasión y el amor por la educación de los niños y jóvenes”.
Empleos que aún no existen
Siguió Rodrigo Pimentel, director de Google para la educación para América Latina, quien habló sobre el ‘Aprendizaje con tecnología: reimaginando la educación del siglo XXI’. Planteó que las habilidades que piden las empresas al tomar a sus empleados: “En primer lugar, que sea capaces de resolver problemas, de trabajar en equipo, de pensar críticamente y de ser creativos”.
Y agregó un dato vital para los educadores de los niños y jóvenes de hoy: “El 60 por ciento de los estudiantes actuales trabajarán en empleos que aún no existen… Por eso, las escuelas necesitan y quieren ser innovadoras”.
Adaptarse al alumno
La última conferencia, titulada ‘Transformando la educación: una propuesta para apoyar la gestión de aprendizaje e innovación en las escuelas católicas de Latinoamérica’, estuvo a cargo de Soraya Sesto Martínez, creadora de Casa Grande Interactive Communications, Inc. en Puerto Rico.
“Se pensó que la innovación tenía que ver con equiparse de computadoras y de pantallas táctiles y proyectores digitales en las escuelas, pero luego se dieron cuenta de que esa no era la solución, entonces volvieron a lo que se hacía antes con el pizarrón. ¿Qué pasó? Los niños se quedaban dormidos”, detalló. En seguida planteó: “Por eso, es necesario adoptar los avances tecnológicos, en las neurociencias y adoptar nuevas metodologías educativas centradas en el alumno”.
Sesto explicó que crearon el modelo de la Nueva Escuela Virtual, “basado en un eje formativo, en un eje tecnológico y en un eje motivacional… Estamos buscando una reingeniería educativa basada en datos”.
“No podemos minimizar –resumió– el reto que tenemos como Escuela Católica. Estamos en una nueva era. Esto no va a cambiar nuestros valores, pero deben cambiar nuestras prácticas”.
De esta manera, pasó la primera jornada del 25º Congreso de la Confederación Interamericana de Educación Católica que se está llevando a cabo en Bogotá.