Cuando ya casi se cumple un año del secuestro de la religiosa colombiana Gloria Cecilia Narváez por parte de un grupo yihadista en la localidad de Koutiala, al sur de Malí, el 7 febrero del año pasado, la dirección antisecuestro y antiextorsión de la Policía Nacional de Colombia ha revelado la participación del Vaticano en las gestiones que se adelantan para su pronta liberación.
Así lo ha confirmado el general Fernando Murillo, comandante de los Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA), de la Policía, en declaraciones para Blu Radio, al informar de que en las labores que se llevan a cabo se ha vinculado la Gendarmería del Vaticano “intercambiando información”. Para ello, dijo, “se han hecho reuniones en Holanda, y el Papa, a través de la Gendarmería, también está enterado de lo que está haciendo Colombia”.
La religiosa ha sido acusada, por el Grupo de Respaldo al Islam y a los Musulmanes (Nusrat Al Islam wal Muslimin) que la retiene, de “respaldar y ayudar a los cruzados predicando el cristianismo y convertir a musulmanes a su religión. Ella y su congregación solo se proponen despojar a los musulmanes de Malí de sus creencias y remplazarlas con falsedades”.
Gloria Cecilia, de 56 años, original de la región colombiana de Nariño, dirigía la comunidad misionera de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, donde la acompañaban otras tres religiosas, dos de ellas también colombianas. “Tenían un orfanato en el que había 32 niños, un dispensario sanitario y un programa para el impulso de la mujer”, relató a Vida Nueva en su momento Julia Victoria Santacruz, coterránea de la misma congregación religiosa. “Ese día llegaron cuatro hombres armados y asaltaron la casa –recuerda–. Les dijeron que tenían orden de matar a las cuatro religiosas… Dos consiguieron esconderse. Cuando estaban ante otra, Clara, Gloria Cecilia clamó por su vida e, identificándose como la responsable de la comunidad, pidió que se la llevaran a ella y dejaran a las demás”.
Cinco meses después, el 2 de julio de 2017, el grupo yihadista publicó un vídeo donde aparecía ella junto a otros cinco rehenes extranjeros. “Rezo mucho por mis hermanas y pido a mis hermanas que recen por mí”, dijo con la voz entrecortada.
El pasado mes de septiembre, el general Murillo anunció que “está viva, pero de salud no está muy bien, tiene problemas en una pierna y en un riñón”.
Con la esperanza de que las gestiones que se adelantan con el apoyo del Vaticano logren la libertad de Gloria Cecilia, su congregación religiosa y su familia no cesan de orar por ella: “Estamos rezando para que se haga el milagro y ojalá este año nos traiga buenas noticias”, manifestó Edgar Narváez, hermano de la religiosa.