Con más de media hora de adelanto sobre el horario previsto, el papa Francisco aterrizaba en Chile a las 19:20 h. de hoy lunes 15 de enero (23:20 hora española), en el aeropuerto internacional de Santiago de Chile.
La ceremonia de bienvenida ha sido sencilla y breve. Como es habitual, cientos de fieles con banderas coreaban y vitoreaban a Francisco, mientras unos niños le obsequiaba un ramo de flores y una orquesta actuaba en directo.
Al pie del avión, un grupo de obispos chilenos, encabezados por el cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo metropolitano de Santiago de Chile, y por Santiago Silva Retamales, arzobispo castrense y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
Y por parte de las autoridades civiles, la máxima representación del Estado, la presidenta Michelle Bachelet. “¡Bienvenido a Chile, papa Francisco! Lo recibe un país que ha cambiado desde la visita de Juan Pablo II. Somos una sociedad más justa, libre y tolerante, pero con desigualdades que requieren del mensaje de esperanza de un hermano espiritual de Alberto Hurtado”, escribía en su cuenta de Twitter la presidenta minutos después, adelantando el fondo de los que serán los temas destacados de este viaje.
A continuación, en coche utilitario, el Papa y su séquito iniciaban el camino hacia la Nunciatura Apostólica, que será cuartel general durante la visita.
En el trayecto, hizo una parada en la parroquia San Luis Beltrán, en Pudahuel, para rezar en la tumba de Enrique Alvear Urrutia, conocido como ‘obispo de los pobres’, que fuera auxiliar de Santiago y falleció en 1982.
Posteriormente y ya en el papamóvil, el Pontífice ha recorrido las calles del centro de Santiago, acompañado en su recorrido por miles de chilenos. Al llegar a la Nunciatura, saludos y bendiciones, y retirada a descansar, después de 15 horas de viaje.
Esta visita hace la número 22 en los viajes internacionales de Francisco. Es, además, la segunda visita de un papa a Chile –después de Juan Pablo II en 1987–.
El martes toda la agenda se desarrolla en la ciudad de Santiago. A primera hora de la mañana, el Papa se encontrará con las autoridades civiles y mantendrá un encuentro con la presidenta Bachelet en el Palacio de la Moneda. Después presidirá la misa en el Parque O’Higgins.
Tras el almuerzo, visitará a mujeres que están encarceladas y por la tarde mantendrá las reuniones con los agentes eclesiales, primero con el clero y vida religiosa, y después con los obispos. A última hora visitará de manera privada, como suele hacer en todos los países que visita, a los jesuitas.