Alberto Hurtado fue un sacerdote jesuita chileno que nació en el año 1901 y con solo cuatro años quedó huérfano de padre. A partir de allí vivió con algunos familiares, donde se fue formando en colegios religiosos que lo iban a acercar a la vida de Jesús.
Desde joven comenzó su acción pastoral, siempre cerca de los más vulnerables, y en defensa de los derechos laborales. Luego de graduarse como abogado, ingresó a la Compañía de Jesús. Se ordenó de sacerdote en el año 1933. Fundaría más tarde el Hogar de Cristo, considerada hoy la institución que más ha realizado por los jóvenes, los mayores, los pobres y los trabajadores.
Falleció el 18 de agosto de 1952, a los 51 años. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II, y el papa Benedicto XVI lo ha canonizado. En Chile, cada 18 de agosto, se celebra el Día de la Solidaridad.
En martes 16 de enero, en el primer día de su visita apostólica a Chile, el papa Francisco terminó la jornada visitando el Santuario de San Alberto Hurtado. Allí lo esperaban un centenar de hermanos de la Compañía de Jesús. Se reunieron privadamente por casi 50 minutos, en torno a la cripta de roca donde descansan los restos del santo chileno.
A la salida, consultado el padre provincial de los jesuitas, Cristian del Campo, sj, comentó que se trató de un encuentro muy cordial, con un ida y vuelta de preguntas y respuestas. Y aprovechando que entre los presentes se encontraban algunos compañeros de estudio del año 1960, hubo muchas anécdotas de entonces.
Sus hermanos le obsequiaron una cruz que perteneció al P. Alberto Hurtado y una edición de un diario del año en el que estuvo estudiando en Chile, en el que figura entre sus memorias.
En la predio del Santuario donde se organizó la mesa del Cristo Pobre, se visualizaron las “cruces de la virtud”, representando las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Fueron diseñadas por artistas chilenos, pensando en las regiones que pisará el Papa durante esta estadía en suelo chileno: Santiago, Iquique y Temuco.
A la salida de la reunión privada con los jesuitas, Francisco mantuvo lugar un breve encuentro con una veintena de beneficiarios de organizaciones sociales ligadas al Hogar de Cristo.
La animación de este momento estuvo a cargo de su capellán, Pablo Walker, sj. Esta organización, fundada por el P. Alberto, trabaja en distintos campos: jardines de infantes, derechos de los niños, discapacidad, mujeres víctimas de violencia, reinserción educativa, entre otros.
Francisco fue recibido con una mesa con alimentos, que bendijo a pedido del capellán. Escuchó el testimonio de una voluntaria, Liliana López, y saludó cariñosamente a cada uno de los elegidos para este agasajo.
Después de bendecir el cuadro de Cristo Resucitado que les regaló, se retiró a descansar nuevamente a la Nunciatura Apostólica.