El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, confirma en una entrevista con Diario del AltoAragón la inminente presentación de la demanda civil por los 113 Bienes de la Franja contra el Obispado de Lérida. Y es que estos bienes de parroquias diocesanas continúan en el Museo de Lérida a pesar del Decreto de la Signatura Apostólica de 2007.
El litigio, que comenzó hace 20 años, tendrá un nuevo capítulo “a final de este mes”, cuando Pérez Pueyo presente la demanda en el Juzgado de Barbastro. El prelado asegura que la decisión es premeditada, ya que ha tocado muchas puertas antes de decidirse: la Nunciatura, secretaría de Estado, la Congregación para los Obispos, la Congregación para el Clero, la Conferencia Episcopal y todas las diócesis aragonesas. En el ámbito civil cita a los Reyes de España, al presidente del Gobierno, a la vicepresidenta, al ex president de la Generalitat, la presidente del Congreso, al presidente de Aragón, a la consejera de Cultura y al consorcio del Museo de Lérida.
Y es que reconoce que han sido muchas horas invertidas porque “está en juego la dignidad de nuestro pueblo, aunque muchos la ignoran”. Por otro lado, considera que “el camino más rápido y adecuado, aunque no fácil, sería que la Santa Sede ordenase al obispo de Lérida que retire los bienes que son propiedad de la Diócesis de Barbastro-Monzón”. Y añade: “La orden de la Santa Sede debería explicitar que, en caso de incumplimiento, se tomarían medidas canónicas”.
¿’Viri probati’? “Sería recuperar una estructura existente en la Iglesia primitiva. El celibato no está en cuestión”. Así responde el cardenal prefecto de la Congregación para el Clero, Beniamino Stella, al ser preguntado sobre la posibilidad de ordenar sacerdotes casados. Y se refiere solo a algunas islas del Pacífico y del Amazonas, como explica en el libro-entrevista con los cardenales creados por el Papa –‘Todos los hombres de Francisco’ (San Pablo)–, que sale a la venta hoy en Italia, como recoge Vatican Insider.
“Este es un tema que a menudo vuelve a ser el centro de atención. El riesgo es que haya lecturas instrumentales e ideológicas”, explicó el purpurado. Y añade: “No se trata de estar a favor o en contra, sino de evaluar cuidadosamente las diferentes posibilidades sin cierre ni rigidez, reconociendo el momento justo en el que el Espíritu sugiere algo”.
Stella alude a una “emergencia sacramental” en algunas zonas del Amazonas y el Pacífico, donde los sacerdotes no pueden satisfacer las necesidades, por lo que “se trata de responder a esta urgencia, teniendo en cuenta, al menos para algunas comunidades más aisladas, la posibilidad de confiar la evangelización y la celebración de los sacramentos a ‘viri probati’”. Y es que el cardenal deja claro que “la Eucaristía es un alimento espiritual que debería estar garantizado”.
Las fuerzas de seguridad congoleñas mataron ayer, 21 de enero, a tiros al menos a seis personas e hirieron a 57 más mientras disparaban gas lacrimógeno para dispersar la protesta organizada por la Iglesia católica contra el presidente Joseph Kabila, como indica Reuters.
La negativa de Kabila a dimitir al final de su mandato en diciembre de 2016 ha desencadenado una serie de protestas callejeras en las que se han matado a decenas de personas en Kinshasa, la capital del país. La policía y las tropas militares dispararon ayer frente a la catedral de Notre Dame. El jefe de policía de Kinshasa, el general Sylvano Kasongo Kitenge, advirtió a los feligreses que abandonaban la catedral tras la misa que “si se niegan a irse a casa, usaremos la fuerza y dispararemos gas lacrimógeno, que quede muy claro”. Y así fue.
Asimismo, la policía detuvo a docenas de personas en todo el país. La inestabilidad que vive el país ha avivado los temores de que se pueda volver a caer en las guerras que acabaron con la vida de millones de congoleños en la década de los 90.