América

Comienza en Puerto Maldonado la preparación del Sínodo para la Amazonía 2019

  • La ciudad peruana acogió la primera reunión preparatoria con obispos delegados de la región panamazónica, convocada por el secretario general del Sínodo
  • “Reconocer a los pueblos originarios como interlocutores” será una de las claves para el camino sinodal





De cara a la celebración del histórico Sínodo para la Amazonía, a realizarse en octubre de 2019, el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, junto con los obispos delegados de los países panamazónicos (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela), han celebrado una primera reunión preparatoria, tal como lo anunció el papa Francisco durante su encuentro con los pueblos originarios en Perú.

Los pueblos originarios como interlocutores

Durante esta sesión consultiva, realizada en Puerto Maldonado los días 19 y 20 de enero, los obispos –quienes también hacen parte de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) del CELAM– expresaron las inquietudes de los pueblos originarios, cuyos desafíos hacen parte de las realidades pastorales que viven en la región y que incluye, entre otros flagelos, las consecuencias de las prácticas extractivistas y de deforestación indiscriminada.

Al respecto, el Papa en su discurso ante los pueblos indígenas, en el coliseo Madre de Dios, fue claro al señalar la necesidad de “romper con el paradigma histórico que considera la Amazonía como una despensa inagotable de los Estados sin tener en cuenta a sus habitantes”.

Los obispos, por su parte, ante estas problemáticas han valorado el hecho de que “el proceso formal del Sínodo haya comenzado en el territorio Amazónico”, lo que se convierte en un signo profético vital.

Lo que viene

De acuerdo con el cardenal Cláudio Hummes, presidente de la REPAM, “el siguiente paso será la elaboración de los documentos preparatorios, como corresponde en todo proceso Sinodal, mediante los cuales los obispos del territorio amazónico, y su pueblo, continuarán siendo consultados”. Todo esto bajo las orientaciones del obispo de Roma, a partir de la exhortación apostólica ‘Evangelii Gaudium’ y de la encíclica ‘Laudato Si’, sobre el cuidado de la casa común.

Queremos hacer eco de las palabras del Santo Padre sobre el reconocimiento de nuestros pueblos como interlocutores que, con su sabiduría ancestral y su diversidad cultural, hacen posible el cuidado de la casa común”, han expresado los obispos, a través de un comunicado difundido por la REPAM.

Poca conciencia e indiferencia

El desafío no es menor si se tiene en cuenta que los territorios de la Amazonía están, más que nunca, bajo amenaza, como lo ha denunciado Mauricio López, secretario ejecutivo de la REPAM, pues, a su criterio, “hay poquísima conciencia sobre la importancia del bioma o ecosistema Amazónico, como sistema vivo, como organismo vital para el futuro del planeta. Hay una mirada ‘folclórica’ de la Amazonía, no hay conciencia de un ecosistema amazónico”.

Leonardo Tello, director de la radio Ucamara –un medio de comunicación en lengua kukama– en Iquitos, a orillas del río Marañón, confiesa que le teme más a la “indiferencia” que a las mismas amenazas, pues “ante la indiferencia no sabes cómo reaccionar y precisamente eso es lo que más atenta, pues es la sociedad y hasta nuestros mismos hermanos quienes están dándonos la espalda”.

Las preocupaciones de Tello y de López no son ajenas a los derroteros que marcan el inicio de la preparación del Sínodo e, incluso, coinciden con lo propuesto por el Papa en Puerto Maldonado cuando manifestó que consideraba “imprescindible realizar esfuerzos para generar espacios institucionales de respeto, reconocimiento y diálogo con los pueblos nativos; asumiendo y rescatando la cultura, lengua, tradiciones, derechos y espiritualidad que les son propias”.

Una mirada multifactorial

No obstante, también será necesario cuestionar los modelos de desarrollo que impactan en el ecosistema. Por ello, Mauricio López es partidario de lo que ha denominado “una mirada multifactorial”, es decir, una mirada sistémica “para entender la gran complejidad de las relaciones en este ecosistema y ver cómo son las dinámicas geopolíticas del planeta, los modelos de consumo y la acumulación en profunda inequidad en nuestro planeta, lo que está produciendo más impactos en este territorio”.

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