“Haga hasta lo imposible por liberarme”. Así de lacónico y dramático es el mensaje con el que Gloria Cecilia Narváez implora al papa Francisco que interceda por su liberación, a través de un video recibido por la agencia privada de prensa mauritana Al Akhbar.
La religiosa colombiana, secuestrada por un grupo yihadista en Mali, completará el próximo 7 de febrero un año en cautiverio.
Según han revelado EFE y El Tiempo –este lunes 29 de enero– el video de 4,44 minutos, proviene del Frente Al Nusra para el islam y los musulmanes, organización que ahora agrupa a los principales grupos yihadistas activos en la región africana de Sahel.
Por su parte, la agencia Al Akhbar, conectada con estos grupos, sin revelar el video grabado en inglés, afirma que “en las imágenes la rehén colombiana suplica al Papa que intervenga para liberarla”.
Negociaciones para su liberación
Como prueba de que se trata de una grabación reciente, la religiosa nariñense se refiere a la visita del obispo de Roma a Chile y a Perú, mientras que los secuestradores, al final de video, acusan a “la fuerza que ocupa la región entorpecer las negociaciones para cerrar el caso de Gloria Narváez”, y proponen “negociar por medio de organizaciones benéficas independientes ajenas a la fuerza colonialista”.
Desde el mes de septiembre, las autoridades colombianas han informado que se adelantan trabajos “con organismos de inteligencia” internacionales, como afirmó el general Fernando Murillo, comandante de los Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA) de la Policía.
El Papa está enterado
El mismo general Murillo reveló, a inicios de este año, que en las labores que se llevan a cabo se ha vinculado a El Vaticano “intercambiando información”. Para ello –dijo– “se han hecho reuniones en Holanda y el Papa, a través de la Gendarmería, también está enterado de lo que está haciendo Colombia”.
Gloria Cecilia, de 56 años, en el momento en que fue secuestrada dirigía en la localidad de Koutiala, al sur de Mali, la comunidad misionera de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, a la que pertenece, donde con otras tres religiosas –dos de ellas también colombianas– llevaban adelante un orfanato, un dispensario sanitario y un programa a favor de la mujer.
La religiosa ha sido acusada por el Grupo de Respaldo al Islam y a los Musulmanes (Nusrat Al Islam wal Muslimin) que la retiene, de “respaldar y ayudar a los cruzados predicando el cristianismo y convertir a musulmanes a su religión. Ella y su congregación solo se proponen despojar a los musulmanes de Malí de sus creencias y remplazarlas con falsedades”.