Los dos tienen en común su compromiso con los migrantes, con aquellos que han tenido que escapar de su tierra huyendo del hambre, la guerra… Y los dos, criminalizamos por defender los derechos de quienes intentan atravesar las fronteras europeas. Investigados por ofrecer asistencia telefónica a quienes intentan cruzar el Mediterráneo.
El sacerdote eritreo Mussie Zerai y la periodista y activista española Helena Maleno, recogieron ayer por la tarde el Premio Mundo a la Fraternidad 2017, promovido por veterana y prestigiosa revista de los combonianos. El acto se celebró en el marco del 30 Encuentro África organizado por la congregación misionera, que este año se desarrolla bajo el lema ‘Migrante. Persona’.
“La Unión Europea ha declarado la guerra a estos migrantes para que no entren en su territorio. Europa pide a África que se muera, sin hacer ruido, pero está cerrazón se volverá contra ella”, aseguró Zerai. Fundador de la Agencia Habeshia -“mestizo” en eritreo-, centrada en defender los desechos de los refugiados y proporcionarles una mínima formación, el sacerdote explicó que “Europa necesita jóvenes que no tiene para sostener el actual mercado laboral y las pensiones”.
“El cierre de fronteras por parte de las instituciones europeas ha hecho que sean las mafias las que gestionen el tráfico de los migrantes. En lugar de proteger a las personas, los Gobiernos han preferido proteger a las fronteras”, denunció Zerai, al que se conoce en Italia como “Don Barcone”, o lo que es lo mismo, el padre Pateras. Durante su intervención, detalló las humillaciones a la que son sometidos en su camino hacia Europa, deteniéndose especialmente en el negocio del tráfico de órganos y de la trata que ha generado la tragedia.
“Nuestro silencio también permite que los Gobiernos puedan llevar a cabo determinadas leyes que persiguen la solidaridad y se criminalice a quienes vienen de lejos. Es nuestra responsabilidad ser voz de los que no tienen voz”, añadió que reivindicó también el derecho a no migrar, “a vivir dignamente en su país. Nosotros solo estamos poniendo pequeñas tiritas a una gran herida, que solo será curada cuando estas personas puedan vivir en libertad y con garantías en sus países”.
“Cuando recibí la citación judicial quise hablar con la revista para decirles que repensaran su decisión sobre el premio y de inmediato se reafirmaron”, explicó la activista Helena Maleno, investigada por la Justicia marroquí por sus llamadas a Salvamento Marítimo para salir en auxilio de las pateras que desde África se lanzan al Mediterráneo.
De hecho, ayer mismo testificaba ante el juez en Tánger y hoy viajaba a Madrid para recoger el galardón, sumándose a la crítica de Zerai a los Gobiernos europeos: “Hemos pasado de hablar de la migración como problema a un conflicto”.
“Necesitamos esclavos en Europa, que nos paguen las pensiones, en los invernaderos de Almería, en las calles…”, lamentó esta española que desde Tánger de la mano de Caminando Fronteras sale al encuentro de los más necesitados. “No estamos pidiendo puertas abiertas ni libertad de circulación, sino simplemente que se respeten derechos fundamentales. No estamos hablando de izquierdas y derechas, sino de intereses económicos”, aclaró la activista mocionada, con lágrimas en los ojos.
Maleno ofreció una mirada esperanzadora en tanto que reconoció la labor y entrega de “tanta gente que está mostrado su solidaridad y ayuda a los migrantes”. Frente a esto, denunció cómo estas personas sufren a la vez “la violencia de las mafias y la violencia de las instituciones”. “Estamos en un momento muy complicado porque se busca que el control migratorio esté por encima del derecho a la vida. Tenemos que gritar fuerte por ese derecho a la vida”, alertó.