Nieves Herrero mantuvo más de 40 horas de conversaciones con Carmen Franco Polo en el salón de su casa de Hermanos Bécquer, en Madrid. El fruto de aquellas charlas es la novela de su vida, Carmen (Esfera de los Libros), construida desde el relato de sus vivencias. Primero con los ojos de una niña y, finalmente, con los ojos de una mujer que no tuvo miedo a nada. Con la periodista y escritora hablamos de las cinco ediciones de su libro en solo dos meses.
PREGUNTA.- Cuando estalló la guerra era una niña y no se enteraba de nada. Pero durante el franquismo era una adulta que se benefició de ella. ¿Reflexionó sobre aquella etapa de algún modo?
RESPUESTA.- Ella dice que durante la guerra se enteraba de los movimientos por el servicio o por sus primos, porque nadie la tenía en cuenta ni la informaba de nada. Pasó de ser la hija de un general a la primogénita del Jefe del Estado. El problema era la jaula en la que vivía: no podía salir a la calle, no podía ir al colegio, nunca salía sola, jamás quedaba con amigas… Es cierto que en tiempos de carestía a ella no le faltaba de nada, pero ella no se sentía beneficiada sino secuestrada. Vivió su vida a través de las ventanas.
P.- Se le imputaba en vida que nunca hubiera condenado la dictadura de su padre, como otras hijas de dictadores. ¿Cree que lo pensaba?
R.- Sinceramente, no. Sabía que la llamaban la hija del dictador, pero ella no tenía en mala estima ese concepto. Decía que cuando era pequeña conoció la dictadura de Primo de Rivera y que no había sido un mal momento. Por otro lado, me sorprendió que me dijera que su padre no hubiera querido estar enterrado en El Valle de los Caídos, sino en El Pardo, junto a Carrero Blanco.
P.- ¿Qué le parecen las últimas intervenciones de Francisco en materia internacional?
R.- Es el gran embajador de la fe y lo que está haciendo es un gran beneficio a nuestra religión, sin escatimar críticas con ciertos mandatarios. Pero lo hace desde el amor y con una contundencia que también es pacífica, que solo él sabe hacer. Sus comentarios tienen una fuerza y un peso específico tremendos, porque están cargados de verdad. Es una gran guía para todos nosotros.