La madrugada de este lunes fueron asesinados los sacerdotes Germaín Muñiz García e Iván Añorve Jaimes, de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa y de la Arquidiócesis de Acapulco, respectivamente, luego de haber sido atacados cuando circulaban por el libramiento de Taxco de Alarcón, hecho en el que tres personas más resultaron heridas. Las causas del asesinato aún están siendo investigadas.
Una pérdida para toda la Iglesia
El obispo de Chilpancingo, Chilapa, monseñor Salvador Rangel Mendoza, explicó a través de un video-mensaje que es muy probable que los sacerdotes hayan sido asesinados por miembros del crimen organizado, toda vez que fue encontrada la camioneta –en cuyo interior había varias armas de fuego–, en la que se trasladaban los criminales.
Consideró que el deceso de los dos ministros constituye una gran pérdida para la Iglesia católica, por lo que exhortó a todos los creyentes a orar por el eterno descanso de los padres Germaín e Iván, e hizo un llamado a las autoridades de todos los niveles de gobierno a “hacer hasta lo imposible” para alcanzar la paz en Guerrero, estado que –dijo– ocupa el primer lugar en número de sacerdotes asesinados, 17 en lo que va de la actual administración federal.
Rangel Mendoza lamentó que la sociedad mexicana esté pasando por esta crisis: “El tejido social ya se nos desbarató. Los sacerdotes son los que predican y difunden los valores del Evangelio, y todo tipo de valores, pero desgraciadamente hay gente que va contra la vida, y ha acallado estas dos voces”.
Añadió: “Hago un llamado de paz y misericordia, hago este llamado de tolerancia, hago este llamado a los que cometen esos crímenes, (les digo) que ya son demasiadas lágrimas las que tenemos en México y en Guerrero; hay mucho dolor. En el nombre de Dios, yo los exhorto a que le bajen a esta situación para lograr un estado de progreso, un estado de concordia y un estado de paz”.
Actuar con justicia
Por su parte la Arquidiócesis de Acapulco, que gobierna pastoralmente el arzobispo Leopoldo González González, manifestó a través de un comunicado su consternación ante este trágico suceso que enluta a toda la comunidad arquidiocesana y a la comunidad de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, y pidió que, una vez conocida la verdad, se actúe en justicia.
“Elevamos una oración por el eterno descanso del padre Iván y del padre Germaín, y por la pronta recuperación de quienes se encuentran heridos. Dios Padre consuele y fortalezca a sus familias. Supliquemos con insistencia al Señor por la conversión de aquellos que, olvidando que somos hermanos, cometen este tipo de crímenes que tanto dañan a la dignidad de la persona humana, arrebatan el don sagrado de la vida y siembran dolor y sufrimiento en la familia y en la sociedad”.
También hizo un llamado a no cejar en el empeño por construir la paz en las familias, comunidades, en el estado de Guerrero y en todo el país: “todos los días, dejemos en nosotros sentimientos, pensamientos, palabras y gestos de paz”.
En tanto, la Conferencia del Episcopado Mexicano también lamentó los hechos y pidió orar por las autoridades para que se actúe conforme a la ley, y se esclarezcan los asesinatos de ambos sacerdotes y de todas las personas que claman justicia en México: “Pedimos a Santa María de Guadalupe su intercesión para que, en comunidad, seamos constructores de paz y ésta reine en nuestros corazones y en nuestro país”.
De acuerdo con el Centro Católico Multimedial, a la fecha se tiene un registro de un cardenal asesinado, así como a 48 sacerdotes, un diácono, cuatro religiosos, nueve laicos y una periodista católica. De los 48 homicidios contra sacerdotes, 21 se han registrado en la presente administración; es decir, cuatro más que en la administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa.