“La Cuaresma es una nueva oportunidad para dejar de pensar en uno mismo y diluirse en el gran territorio del nosotros”. Al habla Natalia Peiro, la nueva secretaria general de Cáritas. Apenas dos meses después de su designación al mando de la confederación española, Peiro acude a una gran cita: la primera secretaria general en la historia de Cáritas ha presentado el mensaje de Cuaresma del papa Francisco para 2018 en la Sala Stampa de la Santa Sede.
Escoltando al cardenal prefecto del Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, Peter Turkson, y junto al subsecretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Graham Bell, y el portavoz del Vaticano, Greg Burke, Peiro ha tomado la palabra pasadas las 11 horas de hoy, 6 de febrero, “llevando la voz de 85.000 voluntarios, en cuyas manos se palpa la caricia de la Iglesia a los descartados, y el clamor de todas las personas a las que acompañamos, que son ejemplo de tenacidad y portadores de propuestas para cambiar el mundo”.
Peiro ha destacado que el mensaje de Cuaresma de Francisco “nos recuerda que es un tiempo propicio para reflexionar, una nueva oportunidad de introspección y para nuestro reconocimiento sincero al bien común”.
Durante su alocución, Peiro ha reclamado el compromiso de todos para hacer posibles “respuestas cercanas, rápidas, eficaces y de calidad, que caminen de la mano de propuestas constructivas para impulsar unos modelos sociales realmente equitativos y justos”.
Peiro ha subrayado que “hablamos de un compromiso que pasa por vincular, como el dorso y el envés de una mano, la oración y la acción. Sin esta dimensión dual no sería posible impulsar una labor transformadora que logre poner a las personas en el centro”. Para pasar luego a citar los “territorios donde la Doctrina Social de la Iglesia nos demanda la opción prioritaria por los más desfavorecidos y la búsqueda de sus interrelaciones: el drama de la movilidad humana, el escándalo de la trata de personas, los efectos de la sostenibilidad medioambiental y el cuidado de la Creación en los derechos de las comunidades más vulnerables, la lacra de la violencia contra mujeres, ancianos y niños, la precariedad laboral, o la falta de unos recursos mínimos para que una buena parte de la humanidad pueda satisfacer con dignidad las necesidades básicas, mientras aumenta la escandalosa acumulación de riqueza en manos de una exigua minoría”.