Aunque la Santa Sede no ha revelado sus identidades, los medios italianos apuntan al antiguo director y a su adjunto, despedidos en 2013
Un tribunal civil ha condenado, según varios diarios italianos, al antiguo director general del Instituto de Obras Religiosas (IOR) –conocido como Banco Vaticano– Paolo Cipriani y al que fuera su adjunto Massimo Tulli, ambos despedidos en 2013, a indemnizar a la institución por malversación.
Sin embargo, estos dos nombres los barajan solamente los medios, ya que la Santa Sede no ha dado detalles acerca de la identidad de los condenados ni de la suma total que deberán pagar al IOR. El mensaje del Vaticano asegura que se trata de diligencias abiertas por operaciones financieras realizadas a mediados de 2013, lo que señala a los dos ex trabajadores como sospechosos.
Aún así, ya fueron condenados hace dos años por otro tribunal a cuatro meses de cárcel por blanqueo de dinero.Esta condena se produjo por irregularidades en unas transferencias de más de 20 millones de euros al banco JP Morgan Frankfurt, en las que habrían omitido dar cierta información necesaria al banco alemán.
La Santa Sede ha expresado que “es un paso importante que refleja el trabajo significativo de la dirección del IOR en estos últimos cuatro años”, en los que se está efectuando una limpieza de las cuentas –iniciada por Benedicto XVI– para evitar la corrupción en una institución que, a pesar de no ser muy grande, maneja una gran cantidad de dinero.