La CV Asamblea Plenaria del episcopado colombiano llega hoy, 7 de febrero, a su tercer día de reflexión en torno a la parroquia en el corazón de la nueva evangelización. “Todo ese trabajo que desde las parroquias la Iglesia viene desarrollando, no es una gestión paralela, sino que se hace concreta y se desarrolla a partir de la misma”, ha dicho el padre Jaime Marenco, director de lo oficina de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).
Ayer, durante la segunda jornada, las perspectivas aportadas por el presidente de la CEC, Oscar Urbina, en la apertura de la Asamblea, en torno al sentido y a los retos de la parroquia en Colombia, fueron ampliadaa por el nuncio apostólico de Colombia, monseñor Ettore Balestrero, quien en la homilía de la celebración eucarística expresó que la parroquia es un lugar de anuncio directo y concreto del Evangelio.
Para “examinar la función de la parroquia en medio de la Iglesia, conviene también conservar una mirada serena, para que el deseo de una renovación profunda no lleve a precipitaciones impulsadas por las impaciencias o a desesperaciones inmotivadas”, recomendó el nuncio, como recoge el portal de la CEC.
Parte de las preocupaciones de la iglesia colombiana se centran en la situación de pobreza y exclusión que aún persiste. Este ha sido el telón de fondo de la rueda de prensa convocada, en el contexto de la CV Asamblea Plenaria, para presentar la Campaña de Cuaresma 2018, conocida también como ‘campaña de comunicación cristiana de bienes’, que data de hace 36 años, y cuyo fin es fomentar la cultura solidaria y caritativa en los colombianos, motivándolos a realizar donaciones para apoyar, especialmente, a las personas afectadas por emergencias naturales o por la violencia.
Este año, la campaña –que iniciará el 14 de febrero, coincidiendo con el comienzo del tiempo de Cuaresma– ha acogido como eslogan una frase del papa Francisco: “los excluidos y marginados son nuestros hermanos”, invitando con ello a reflexionar sobre las carencias de los más necesitados, porque “ellos son hermanos nuestros que necesitan de nosotros”.
El anuncio de la Campaña de Cuaresma lo realizó monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) / Cáritas Colombiana, quien hizo un balance de resultados de 2017: “el año pasado tuvo su enfoque en ayudar prioritariamente a nuestros hermanos y hermanas de Mocoa, pero también a través de esta campaña la iglesia colombiana hizo presencia en otros sitios, como en Ecuador donde se entregaron 100 casas a personas damnificadas por el terremoto”.
La semana pasada, previa a la Asamblea de los obispos, el mismo director de Cáritas Colombiana participó en una sesión plenaria en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, junto a monseñor Luis Augusto Castro, arzobispo de Tunja, donde se abordarían el tema de la paz y la reconciliación en Colombia, según anunció la CEC a través de su cuenta de Twitter
En este sentido, monseñor Henao precisó que, en torno al tema migratorio, “las conversaciones que hemos tenido con la ONU tienen que ver con esa búsqueda de cuál sería la posición más indicada en este momento y de qué manera se pueden apoyar estos pactos globales, que son muy necesarios”.
Cabe recordar que los pactos globales de migración y refugio son declaraciones políticas solicitadas por la ONU a los Jefes de Estado y de Gobierno y a altos representantes, para adquirir una serie de compromisos con relación a la protección de los derechos humanos y libertades fundamentales de los refugiados y migrantes, suscrita en el año 2016.
“De ahí Colombia tendrá que llevar proposiciones muy definidas en ambos campos (refugio y migración), tanto de colombianos que salieron en determinado momento buscando refugio y que muchos de ellos están retornando en este momento, pero también de la situación actual de Colombia como país receptor de muchos migrantes”, apuntó Henao.
El director de pastoral social anunció que el tema de los pactos globales ha suscitado un gran compromiso por parte de El Vaticano, por lo “ya se entregó ayer (lunes 5 de febrero), el borrador de uno de ellos (pactos), que ya está en camino”.
Recomendó, de igual forma, al gobierno colombiano revisar “si va a aplicar la Declaración de Cartagena en el caso de los migrantes venezolanos”, al igual que mecanismos internacionales existentes que puedan ayudar a buscar alternativas.
Otro de los tópicos de los cuales se ha hecho eco la CV Asamblea de obispos es el alto número de población migrante venezolana y de colombianos retornados de este país. A este asunto se refirió monseñor Víctor Ochoa, obispo de Cúcuta, quien ha asumido el compromiso de ayudar a los hermanos venezolanos desde que inició la crisis con el cierre de frontera en 2015.
Ante el grave problema “como Iglesia estamos unidos a nuestros hermanos obispos de Venezuela, hemos trabajado juntos en todo momento, particularmente con mi hermano monseñor [Mario] Moronta, obispo de San Cristóbal, estamos trabajando en común para atender estas necesidades”, asegura monseñor Ochoa.
Para el obispo de Cúcuta “es un drama, estamos atendiendo en la Parada (San Pedro de la Parada) unas 1.600 personas diariamente, dándoles almuerzos. En este tiempo hemos distribuido 310.000 raciones de comida caliente y ha sido un regalo para nosotros, porque son los mismos laicos y miembros de la iglesia, especialmente madres, quienes han abocado en la preparación de estos alimentos”.
Aunque voceros del alto gobierno venezolano en reiteradas ocasiones han negado por diversas vías que exista una “crisis humanitaria”, las grandes oleadas migratorias siguen en aumento y hablan por sí mismas. Según cifras oficiales, en los últimos 18 meses, con la intensificación de la crisis en Venezuela, por lo menos 660.000 venezolanos han pasado la frontera para quedarse en Colombia.
Al referirse al tema, monseñor Ochoa es tajante al afirmar que “no me corresponde a mí hacer esa declaración, creo que el fenómeno es visible. Creo que necesitamos nuevas formas de atención de este problema que es muy grande y son las personas las que más sufren. No sabría las notas legales con las cuales se debería hacer una declaración de crisis humanitaria, eso le corresponde al gobierno”.
Asimismo, el prelado de Cúcuta le pide a los colombianos que “así como a los atendieron y recibieron en Venezuela en épocas pasadas, ahora es la oportunidad de responder con la misma humanidad. Es un servicio que hacemos manteniendo la dignidad. Muchos de ellos son colombianos y el número de colombianos retornados va aumentando”.