La Conferencia Episcopal norteamericana se suma hoy, 8 de febrero, a la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas
La Conferencia del Episcopado de los Estados Unidos (USCCB) anunció que este 8 de febrero se unirá a la celebración de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, convocada por primera vez hace cuatro años por el papa Francisco, con el lema “Una luz contra la Trata”.
De acuerdo con el comunicado de la USCCB, ese día fue designado por el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, y la Unión Internacional de Superiores Generales, como un momento de recuerdo para las víctimas y sobrevivientes del trabajo forzado y el tráfico sexual comercial. El día coincide con la memoria litúrgica de santa Josefina Bakhita, la religiosa sudanesa que padeció durante su vida los sufrimientos de la esclavitud.
Josephine fue secuestrada cuando era niña, y vendida como esclava en Sudán e Italia. Una vez que fue liberada, se convirtió en una monja canossiana, y dedicó su vida a compartir su testamento de liberación de la esclavitud y consolar a los pobres y al sufrimiento. Fue declarada santa en el año 2000.
Según la Iglesia en los Estados Unidos, en la actualidad más de 25 millones de niños, mujeres y hombres “están atrapados en la esclavitud moderna”, por lo que este 8 de febrero constituye una oportunidad para educar a las comunidades de fe acerca de la prevalencia de la trata y para orar por sus víctimas, que a menudo están “ocultas a la vista”.
Al respecto, el obispo de Austin, Joe Vásquez, presidente del Comité de Migración de la USCCB, señaló que “a través de la oración crecemos en solidaridad con aquellos que han sufrido esta afrenta a la dignidad humana. Les demostramos a los sobrevivientes que no están solos”.
La USCCB refirió que, en honor a ese día tan importante, los Servicios de Migración y Refugiados de la Iglesia norteamericana, la Arquidiócesis de Washington, la Conferencia Interreligiosa de Washington Metropolitana y la Universidad Trinity de Washington, “albergarán un Servicio de Oración Interreligioso”, a través del cual se recordará a las víctimas y sobrevivientes de la trata de personas y se reflexionará “sobre cómo podemos unirnos contra la esclavitud moderna”.
Por la tarde de ese mismo día, en la Capilla de la Universidad Trinity de Washington, se realizará una tarde de oración con representantes de las principales religiones del mundo.
La USCCB también animó “a los católicos de todo el mundo a que organicen o asistan a servicios de oración para crear una mayor conciencia sobre este fenómeno. A través de la oración, no sólo reflexionamos sobre las experiencias de aquellos que han sufrido a través de esta afrenta a la dignidad humana, sino que también confortamos, fortalecemos y ayudamos a empoderar a los sobrevivientes”.
De igual modo, hizo referencia a las palabras del presidente del Subcomité para la Iglesia en América Latina de la USCCB, obispo Eusebio Elizondo: “si una sola persona se da cuenta, a partir de hoy, que ellos –o alguien que ellos conocen– está siendo traficado, habremos hecho la diferencia”.