Tras la aprobación del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, la Orden Hospitalaria San Juan de Dios y su entidades civiles, la Fundación Juan Ciudad, la Fundación Hermano Tomás Canet y el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, ya forman parte, dentro de un programa conjunto, de las entidades escogidas por la Administración para la aplicación del Programa de Protección Internacional, que regula la acogida de refugiados en nuestro país por la vía ordinaria del reasentamiento, acogiendo a personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional, del estatuto de apátrida y de los acogidos al régimen de protección temporal en España, según ha podido saber Vida Nueva.
Es decir, que al fin se hace posible en la práctica la tan anhelada puesta en marcha de un corredor humanitario por parte de una comunidad eclesial en nuestro país, visibilizando que es posible materializar la protección de los derechos de estas personas. Y es que, en un año, podrían ser acogidas por la familia hospitalaria, en condiciones de seguridad y con plenas garantías, hasta 220 personas que huyeron de sus casas para salvar sus vidas. Lo harán en la localidad barcelonesa de Manresa y en la madrileña de Ciempozuelos, donde el carisma de san Juan de Dios está muy presente.
- EDITORIAL: Corredores evangélicos
Como explica a esta revista Begoña Fernández, trabajadora social del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, la iniciativa cuenta con la coordinación y la financiación del propio Ministerio, a través de la Secretaría de Migración: “Contamos con 110 plazas en total, pero podremos acoger al doble de gente al hacerlo por fases. A nuestro centro vendrán un total de 60 personas y a Manresa irán 160. Nosotros contamos con cinco pisos repartidos por el municipio y en Cataluña se concentrarán en un albergue, el centro Llar Sant Joan de Déu de Manresa”.
A finales de febrero llegarán a Ciempozuelos
“Es el Ministerio –apunta Fernández– el que selecciona a las familias, teniendo en cuenta que nosotros pedimos atender a perfiles de especial vulnerabilidad. No sabemos con mucha antelación la nacionalidad de estas personas, pero la primera familia que vendrá con nosotros, a finales de febrero, lo hará directamente desde un campamento de refugiados de Líbano. Son sirios, vienen en avión y vamos nosotros a recogerles al aeropuerto”.
“Durante los seis meses iniciales, la respuesta hacia ellos será completa e integral: les daremos alojamiento, comida, clases de español, la escolarización de sus hijos, asesoría jurídica y acompañamiento psicológico. Después, podrán venir otras 30 personas y con las primeras iniciaremos la segunda fase, por la que mantendremos todo el sostenimiento anterior, pero ya serán ellos los que alquilen una vivienda y busquen un trabajo, con nuestro apoyo. Tras un año, empezará para ellos la tercera fase, buscando que ya sean totalmente autónomos en todos los sentidos, aunque mantendremos un seguimiento de su situación por otros seis meses”.
En el caso de Manresa, los primeros atendidos fueron otros 24 refugiados, todos ellos miembros de tres familias, que llegaron el pasado 1 de diciembre, viajando en avión directamente desde otro campamento de Líbano. En conversación con Vida Nueva, Francisco Gea, director adjunto de la Fundación Hermano Tomás Canet, explica que “el centro es amplísimo, un total de 6.000 metros cuadrados de los que son destinados para ellos en exclusiva hasta 2.800. Hay habitaciones de sobra y son apoyados por un equipo muy amplio: una enfermera, dos maestras, dos educadores sociales, un abogado, una psicóloga, un administrativo y un equipo de auxiliares que están disponibles para ellos las 24 horas del día y los 365 días del año”. (…)