Se realizó el tradicional Curso de Rectores de todo el país, organizado por el Consejo de Educación Católica. Este año lo organizaron, en forma conjunta, las Arquidiócesis de Corrientes y Resistencia (Chaco), bajo el lema “la revolución de la ternura es hoy”
Culminó el Curso de Rectores del Consejo Superior de Educación Católica (Consudec), iniciativa de formación para representantes legales, directivos y docentes de la escuela católica argentina. En su 55° edición, y con el lema “La revolución de la ternura es hoy”, del 6 a 9 de febrero la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) de la ciudad de Corrientes, recibió a unos mil educadores llegados de todo el país.
Presidido siempre por la imagen de la Virgen de Itatí, esta edición fue organizada por las arquidiócesis de Resistencia (Chaco) y la local del Corrientes. Durante estos tres días, distintos especialistas nacionales e internacional, expusieron sus experiencias de innovación, pedagogía, políticas educativas y pastoral escolar al servicio a un nutrido grupo docentes.
En el acto de apertura, el sacerdote que preside el Consudec, Juan José Álvarez, pidió a los educadores participantes “no innovar por innovar” sino “cambiar la estructura de trabajo en el aula”. Y continuó: “Tenemos un grave error en la implementación del trabajo en el aula, y el que no llega a los logros propuestos, puede sentirse tranquilamente marginado, y tal vez alcanzó más de lo que podía, pero por eso no es menos, sino diferente”, reconoció, y consideró que “el problema es qué escuela queremos nosotros”.
Por la tarde del jueves 8, 13 talleres se pusieron a disposición de los participantes, convirtiéndose en espacios de elección optativa en donde la formación que se impartía tuvo un carácter más personalizado a comparación de las ponencias que habitualmente se daban por las mañanas en el inmenso auditorio de la UNNE.
Una de las talleristas fue la profesora Mirta Pola Rossi, quien -invitada por la editorial SM- estuvo frente al taller sobre educación emocional. A los docentes que participaron, esta especialista entregó conceptos clave para que un educador llegue a los niños y adolescentes de hoy: “Estamos hechos de naturaleza, eso nos hace sentir en paz. Somos unos que vivimos en un cuerpo que el cerebro organiza. Si así pensamos, vamos a poder educar emocionalmente”.
Y agregó un comentario que ayudó a reflexionar: “Toda la urbe de cemento es antinatural porque va en contra de nuestra naturaleza, va en contra del bioequilibrio”. Ante esta afirmación, Pola invitó a los educadores a que puedan pensarse como personas que tienden manos para ayudar a otros, pero que también necesitan de manos que los ayuden a ellos. Porque como personas “no somos nada, sino que somos en tanto a lo que tenemos enfrente”. Por eso, invitó a que “no desperdiciemos miradas”. Si un docente logra este equilibrio para su vida, podrá acercarse sin problemas a las nuevas generaciones de educandos, convirtiéndose en un adulto referentes para muchos niños y adolescentes”.
Otro de los talleres abordó la realidad de la iniciación cristiana. Estuvo a cargo de Fabián Esparafita, secretario ejecutivo de la Comisión de Catequesis y Pastoral Bíblica del Episcopado argentino. Convencido de que los sacramentos te llevan a ser parte de la comunidad que cree en Cristo, resaltó: “Tenemos que volver a recuperar los ritos que se han perdido en los sacramentos” ya que, por ejemplo, “el bautismo implica ‘sumergirse’, pero hoy en nuestra Iglesia es solo tirar sobre la cabeza de los niños tres chorros de agua”.
Para este sacerdote, especialista en catequética, “los signos aportan un significado que invita al otro a creer, a tener fe”. Esta concepción catequística entregó a los docentes herramientas para pensar en su rol de educadores, en donde los signos –especialmente en estos tiempos de tecnología y pantallas– son cada vez más importante a la hora de educar.
Si bien participaron de la apertura los arzobispos Ramón Dus (Resistencia) y Andrés Stanovnik (Corrientes), el arzobispo de Rosario y presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica, Eduardo Martín, acompañó a todos los participantes en cada instante de este 55° Curso de Rectores.
El calor a orillas del río Paraná no dio tregua, sin embargo el espíritu de entusiasmo y compromiso educativo no decayeron en ninguna de las jornadas. De esta manera, todos estos docentes llegarán a sus comunidades educativas renovados para iniciar un nuevo ciclo lectivo.